Transporte masivo sin pasajeros | |
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Así las cosas, en la estación Parque Central se pueden ver parados veinte de sus cincuenta funiculares mientras reina la soledad en todas sus estaciones (impolutas y bien cuidadas, eso sí) y las cabinas pasan al ritmo de una cada cincuenta y cinco segundos en vez de una cada diez segundos, tal como estaba previsto. En todo el día este sistema está movilizando una cifra apenas mayor de lo que se suponía movilizaría en una hora: tres mil pasajeros. Con el recién inaugurado Cabletrén está sucediendo algo parecido, pues no se ven demasiadas personas en sus andenes a pesar de que todavía es gratis. "Yo vine a ver qué tal, pero el recorrido es muy corto. Subir dos pisos desde la estación, después bajarlos, no sé... mejor agarrar un carrito", dice Franco Hernández, vecino del barrio Fechas Patrias de Petare. En efecto, el Cabletrén apenas recorre en estos momentos 800 metros paralelo a una vía en la que además ya funciona una línea de transporte. Cuando se inauguren las otras dos estaciones tendrá un recorrido de 2,1 kilómetros. El Metrocable de San Agustín es muy alabado por aquellos que lo usan, quienes resaltan su limpieza y rapidez ("En tres minutos estoy en mi casa", dice Katherine Álvarez, del barrio Hornos de Cal), pero este sistema de funiculares solo atiende a quienes viven en la parte más alta de algunos barrios de San Agustín del Sur. Toda la zona de San Agustín del Norte no tiene nada que ver con el Metrocable, ni tampoco muchos barrios de San Agustín del Sur, como lo ilustra el caso de William García, quien vive en la parte media de La Charneca (ni siquiera en el sector más bajo) y para llegar a la estación más cercana tendría que subir más de trescientos escalones. Además explica que en San Agustín del Sur el transporte nunca ha sido uno de los problemas más importantes, pues existen líneas de carritos y jeeps que conectan sus barrios con la avenida Victoria. Una alternativa para Mariches Entre los nuevos sistemas de transporte inaugurados en los últimos años, existe uno que sí está siendo bastante utilizado por los usuarios: el Metrocable de Mariches. En las horas pico se hacen largas colas de usuarios y las cabinas llegan a razón de hasta cinco por minuto (movilizando unas dos mil personas por hora, pues el sistema de Metrocable no es para manejar demandas muy altas), lo que hace que dichas colas se muevan rápidamente y los usuarios no suelen pasar más de treinta minutos en las mismas. Este sistema ha terminado beneficiando incluso a quienes viven mucho más allá del kilómetro ocho de la vía Petare Santa Lucía (que es a donde llega este Metrocable, que hasta ahora solo tiene dos estaciones). Yanacarid Monroy, quien vive en la urbanización Altos de Tomás, en el kilómetro 16, dice que todos los días, para bajar a Palo Verde, toma un carrito hasta allí y luego un funicular hasta Palo Verde, ahorrándose el grueso de la cola. Eduardo Páez Pumar, ingeniero residente en el levantamiento de la primera estación de Metro (Agua Salud), cree en cualquier caso que no se justifica haber gastado más de mil millones de dólares en estos tres sistemas: "La relación costo-beneficio terminó siendo altísima para el país". Fuente: El Universal |
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