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El sueño de tener un techo propio donde vivir aparece cada vez más lejano. Es una de las conclusiones del último informe sobre el mercado inmobiliario de la Ciudad de Buenos Aires, que detectó los onerosos requerimientos para adquirir un préstamo hipotecario.
Fuente: InfobaeEn octubre del año pasado, se necesitaba un ahorro previo del 50% del valor de la vivienda y un ingreso familiar de $20.000 para pagar la cuota crediticia de un departamento de 2 ambientes a estrenar, sostiene el estudio. La fecha es representativa de la capacidad de compra de los asalariados. A esa altura del 2013, ya habían sido liquidados la mayoría de los aumentos por paritarias. Sin embargo, las dificultades para hacerse de financiamiento empeoraron desde entonces. Cabe recordar que hubo un aumento progresivo de las tasas de los préstamos en la banca pública y privada, como consecuencia del alza del interés impulsado por el gobierno nacional. Fue la época de arranque del ajuste monetario y cambiario. La tasa Badlar, que es la que ajusta las cuotas de los créditos a tasa variable, pasó en un año de un 15% al actual 26 por ciento. A partir de ese instrumento, los bancos suelen aplicar un spread que ronda en torno de 3 y 5 puntos porcentuales, dependiendo del caso. El informe, elaborado por el gobierno de la Ciudad, describe la flaqueza de los bolsillos porteños a la hora de adquirir un inmueble. En comparación con 2010, "un trabajador varón con calificación profesional tenía un salario que le permitía acceder a la cuota de un préstamo para comprar un departamento de 2 ambientes. En cambio, en 2013, el salario de ninguna categoría ocupacional estuvo en condiciones de acceder a los ingresos requeridos para la compra mediante un crédito", analiza. En otras palabras, en ese período los sueldos se duplicaron pero la cuota de los empréstitos aumentó un 260 por ciento. Para medir esta evolución, se tomó como referencia un salario promedio profesional de 10.800 pesos, para créditos a 180 meses con una cuota igual al 40% del ingreso neto familiar disponible. Queda como supuesto que la cuota no puede ser mayor de ese porcentaje. El mercado inmobiliario penaliza las operaciones de compraventa. En contraposición, vuelve más seductora la opción del alquiler. En noviembre de 2013, el canon mensual de la hipoteca era "entre tres y cinco veces más caro que un alquiler", según concluye un estudio del Reporte Inmobiliario. El promedio general para un alquiler promedio en la Ciudad de Buenos Aires es de $2.740, mientras que los tres ambientes cotizan en promedio en $3.194, siendo muy variados los precios para cada barrio de la ciudad. La excepción En un mercado inmobiliario restrictivo, el plan Procrear aparece como una de las pocas herramientas para adquirir una vivienda propia. El programa gubernamental ofrece distintas líneas de financiamiento a través de Anses y el Banco Hipotecario, cuyos montos dependen de los ingresos. Incluye la construcción edilicia, la compra de terrenos e inmuebles a estrenar, y reformas hogareñas. En el caso de compra de casa o departamentos a estrenar de hasta 100 m2, Procrear habilita préstamos hasta el 90% del valor del inmueble (las superficies semicubiertas se computan al 50%), con un monto de hasta $500.000 pesos y con tasas desde el 2,5% y en hasta 30 años. No establece un ingreso familiar mínimo. Los créditos se sortean públicamente a través de la Lotería Nacional, y hasta el momento el beneficio alcanzó a 309.626 familias. Aunque tuvo inconvenientes que afrontar, como la "especulación inmobiliaria" y la suba en los valores del metro cuadrado. Como respuesta, la Anses comenzó a ofrecer modelos de vivienda para economizar costos y rubricar convenios con provincias y municipios para incrementar la oferta de lotes del suelo urbano. |
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