/ EFE
El hotel Four Seasons Pudong Shanghai ha concebido esta original manera de cenar en un mesa con 22 sillones dentro de la misma estructura, con un espacio de trabajo en su interior y con todos los huéspedes a su alrededor, donde un cocinero y un camarero se ocuparon de servir a los clientes.
Así lo muestran las fotografías de la atracción que recoge el diario local Shanghai Daily, que se hace eco de la iniciativa y comenta que gracias a esta idea para los clientes más pudientes de la capital económica de China, “la exquisitez en la cena se ha elevado a nuevas alturas, literalmente”. En efecto, el hotel ofreció la inolvidable experiencia de cenar entre los rascacielos de Shanghái, colgado de una grúa, amarrado a un asiento por cinturones de seguridad, y con los cubiertos colocados en la mesa sobre una superficie antideslizante, junto a una veintena de personas, por un precio igualmente de altura. Distintos menús de almuerzo, merienda con té o café o cena de siete platos, se sirvieron a medio centenar de metros de altura por entre 1.888 y 8.888 yuanes por persona (entre 304 dólares y 1.431,3 dólares). En China el número ocho está simbólicamente relacionado con la buena fortuna y la prosperidad. “Mi cocina (colgante) es tan pequeña que me tengo que concentrar mucho en lo que hago, aunque es una pena porque me acabo perdiendo las vistas”, comentó el cocinero jefe del hotel Weimar Gómez, al diario local. La experiencia ha sido la primera de este tipo llevada en China e inspirada en la de dos emprendedores belgas en 2007, que han llevado ya la combinación de una cena de lujo con una grúa de construcción a ciudades como Bruselas, París, Roma, São Paulo, Sydney o Las Vegas |
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