La Torre de Shanghái, ubicada en el centro financiero Lujiazui, es el edificio más alto de China, con una altura total de 632 metros.
Muchos países asiáticos están entusiasmados con construir rascacielos como un emblema de un vibrante sector financiero. Esto es particularmente cierto para China, que se estima se convertirá en la nación “más alta” para 2018, según un informe reciente.
El informe, emitido el 16 de septiembre por el CBRE Group, Inc., la empresa más grande del mundo de servicios de bienes raíces e inversiones, muestra que 154 rascacielos harán de China el país con el horizonte más alto del mundo para finales de 2018.
El informe señala que para junio de 2014, más de la mitad de los rascacielos del mundo se encontraban en Asia, y de los 126 que están en construcción, 79 se ubican en China.
En China, el 47 porciento de los elevados edificios de oficinas en construcción se ubicará en ciudades de segundo nivel, ya que éstas están ávidas por mostrar sus robustos mercados financieros.
Sin embargo, el CBRE advierte que ante una etapa temprana de desarrollo, estas ciudades carecen del brillo para atraer a los principales grupos financieros del mundo, aunque se espera que la demanda crezca con la expansión de sus economías.
Además de la economía general, el director del Departamento de Investigación de Asia Pacífico de CBRE, Xu Yucheng, dijo que la tasa de ocupación también depende de la marca y la reputación de los promotores.
Du Risheng, director ejecutivo del Departamento de Servicios de Activos de China del CBRE, dijo que administrar estos edificios de oficinas súper altos, requieren de tecnología y talento entrenado, un desafío que enfrentan tanto China como otros países asiáticos.
Fuente: Spanish.china.org.cn |
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