Contar con la casa propia es el sueño de miles de familias paraguayas, y el anuncio del plan piloto del Gobierno, denominado Primera Vivienda, llamó la atención por las ventajas y el segmento al que apunta, que es el de personas o parejas con ingresos de entre uno y cinco salarios mínimos. Sin embargo, la primera barrera con la que se encuentran los interesados es el elevado precio de las casas, principalmente en Asunción y Gran Asunción.
A simple vista, se observan en distintos barrios de Asunción o en ciudades como Lambaré, Villa Elisa, Luque, Limpio, San Lorenzo cientos de carteles de "Vendo"; no obstante, los precios fácilmente se posicionan por encima de los 250 a 300 millones de guaraníes, precisamente los topes establecidos por el mencionado producto –G. 250 millones como máximo para ingresos de hasta 4 salarios mínimos y G. 300 millones entre 4 y 5 salarios mínimos–, razón por la que el panorama se muestra desalentador.
Primera Vivienda es un producto financiado con fondos de la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD), canalizado a través de instituciones financieras. Fue lanzado por el gobierno del presidente Horacio Cartes, en octubre pasado.
"La principal dificultad que existe es que el valor de las propiedades excede la capacidad de pago de la gran mayoría de los clientes, especialmente en la región metropolitana, donde los precios se han incrementado mucho en los últimos años, y no ha surgido hasta ahora una oferta de viviendas con precios que sean accesibles a este segmento", declaró el gerente general del Banco Familiar, César Barreto. Indicó que la mayoría de los clientes pueden acceder a montos entre G. 120 a G. 200 millones, pero que no hay oferta de viviendas disponibles a estos valores, y si las hay estas están muy alejadas y cuentan con poca infraestructura y servicios públicos.
Juan Carlos Martin, director gerente general del Banco Atlas, coincidió en que el valor de los inmuebles ha conocido de fuertes incrementos en los últimos años, haciendo que el monto máximo para este producto sea un factor limitante a la hora de otorgar este crédito.
INGRESOS Y DEUDAS. Pero no solo los altos precios de la oferta inmobiliaria existente, actualmente, limitan a los interesados. También afectan negativamente los bajos ingresos y el nivel de endeudamiento de las personas.
Martin dijo que los bajos ingresos de los solicitantes y la escasa capacidad de pago por el elevado endeudamiento juegan en contra de quienes quieren acceder a este préstamo, ya que no están en condiciones de asumir un compromiso a largo plazo, cuyo techo establecido para la cuota es del 30% de los ingresos mensuales.
Barreto apuntó que las deudas preexistentes de los clientes ya comprometen una proporción muy elevada del ingreso familiar y no dejan margen para afrontar un préstamo hipotecario.
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