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¿Dónde está el límite de lo reducido? ¿Dónde está ese límite que permite a una persona disfrutar de su espacio, de su hogar, en definitiva de su vida? Aumenta la tendencia de construir viviendas cada vez de menor tamaño. ¿Ventajas? La reducción considerable de costes de construcción que curiosamente, como lo pequeño se cotiza, no reduce su precio a la hora de vender la vivienda a posteriori. En vista de hacia dónde se dirige el mercado inmobiliario ha sido necesario crear normativas para regular los mínimos esenciales que deben tener las estancias. Los básicos de una "vivienda mínima" A principios del siglo XX comienzan a estudiarse soluciones para resolver el problema de la sobrepoblación en algunas ciudades. Desde entonces se han investigado diferentes modelos de viviendas. Como recuerda González Sicilia, en 1932 la famosa GATEPAC (Grupo de Artistas y Técnicos Españoles de la Arquitectura Contemporánea) publicó lo que entendían como "vivienda mínima". Cinco puntos en los que indicaban una serie de necesidades básicas a cubrir: renovación (de aire, luz y sol), higiene, una planta orgánica que facilite la vida, mobiliario a escala humana y aislamiento de los agentes exteriores. Sin embargo, está demostrado que a pesar de estos mínimos esenciales, vivir en espacios reducidos aumenta las posibilidades de padecer episodios graves de claustrofobia. Por eso a la hora de diseñar este tipo de viviendas reducidas es necesario que tengan una forma y dimensiones funcionales y diáfanas: que faciliten la vida en un espacio reducido. El espacio debería ser orgánico, es decir que comparta diferentes usos en una misma estancia. La clave serán los elementos móviles que no condicionen mucho el espacio y los objetos multifuncionales (un sólo objeto que nos aporte diferentes usos). También resulta esencial aprovechar y organizar bien los espacios en altura ya que mejoran y desahogan la planta de la vivienda. En definitiva, un poco de sentido común a la hora de diseñar una mini casa que responda a nuestras necesidades actuales y estilo de vida. Organización máxima y soluciones imaginativas para suplir la falta de espacio y hacer de esta "vivienda reducida" un hogar deseable. Con zonas comunes, mucho mejor Eso sí, por muy bien organizada que sea nuestra vivienda y acogedora que sea, el arquitecto González Sicilia recuerda que vivir en una casa reducida se hace mucho más llevadero si en el edificio disponemos de zonas comunes para disfrutar y romper la monotonía espacial de nuestro pequeño rincón. Fuente: Eleconomista.es |
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