Un billete con la cara del presidente Nicolás Maduro (Reuters).
Los venezolanos no ganan en divisas extranjeras ni tienen libre acceso a ellas desde que el Gobierno instaló el control de cambio en 2003 para evitar la fuga de capitales. Pero en el día a día se manejan los dólares como moneda de cambio de modo tanto implícito como real.
Imagine que quiere buscar un piso de alquiler en Caracas, uno de dos habitaciones, sin mayores pretensiones, en una zona clase media. En los clasificados del diario encontrará que el más barato que se oferta para particulares cuesta al mes Bs 140.000. Al cambio en euros, dependerá de la tasa que se use. Si se hace a la oficial de 6,30 bolívares por dólar, costará 19.841 euros.
Pero ésta sólo se usa para productos de primera necesidad como medicina y alimentos, por lo que no sería un cambio real. En Simadi, tasa flotante que a la hora de escribir este artículo está en 198,64 bolívares por dólar, costará 629 euros. En el mercado paralelo, a 520 bolívares por euro, saldrá por 268. Para el venezolano, 140.000 bolívares son 20.75 salarios mínimos. Si acude a un agente inmobiliario, incluso al boca a boca, puede que se encuentre con una sorpresa: el precio es directamente en divisa extranjera, a unas tarifas que rara vez bajan de los 1000 euros. Si se quiere comprar, el resultado es el mismo.
No es lo único que podrá adquirir en esas monedas. Hace unos meses, se anunciaba un acuerdo entre el Gobierno y Ford para la venta de coches en dólares. Según una noticia del diario El Universal, se hizo para “aliviar la escasez de divisas”, que llevó al recorte de importaciones y a la paralización de la planta de Ford. "Esto podría conducir a una dolarización completa del sector", explicó Gilberto Troya, jefe del sindicato de Ford Motors de Venezuela, a Bloomberg.
¿Está dolarizada la economía venezolana?
Víctor Álvarez, investigador del Centro Internacional Miranda, explica que hay que distinguir entre la dolarización oficial, donde el Gobierno sustituiría la moneda nacional por dólares, con lo que se vive actualmente en Venezuela, un proceso de "dolarización espontánea". Se da a partir de la acelerada pérdida de poder de compra del bolívar, "las personas de modo natural fijan sus bienes en otra moneda distinta a la nacional".
El inicio suele darse en el sector inmobiliario, a la hora de poner a la venta o en alquiler se pone en dólares, a la tasa de cambio más alta, aunque al final la transacción se haga en bolívares. "La dolarización avanza cuando la transacción final se completa en dólares".
Para el economista Henkel García hay una mezcla de situaciones en el sector inmobiliario. Por un lado, la gente acepta bolívares para la venta o alquiler, pero teniendo en cuenta la tasa al mercado paralelo, mientras otros exigen dólares. "No es lo mismo, pero que se tenga de referencia el dólar negro es peligroso. La gente ata sus precios al paralelo porque es que pueden obtener. Por las vías oficiales es casi imposible".
Álvarez y García coinciden que es un fenómeno común en economías de alta inflación. En lo que va de año no se han publicado cifras oficiales, pero según la estimación del Bank of America, podría llegar al 172,4% a finales de 2015. "Cuando la inflación corre a un 10% por mes y la tasa de interés es del 10%, nadie quiere ahorra en bolívares", dice Álvarez.
William Ruiz, economista e investigador del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (CEDICE), señala que esto responde a un escenario "donde el gobierno ha botado la oferta y la administración de divisas, donde el Estado reconoce que no tiene divisas para el sector importador y productivo y hace que sean los venezolanos quienes paguen y encuentren las divisas por su cuenta". La rigidez cada vez mayor para obtener dólares se suma a la "desconfianza acelerada en el bolívar". Así, cada persona que adquiere un dólar por la vía extraoficial "empieza a fijar su reposición de costos en lo que costará el dólar en el mercado negro en el futuro".
¿Está dolarizada la economía venezolana?
Víctor Álvarez, investigador del Centro Internacional Miranda, explica que hay que distinguir entre la dolarización oficial, donde el Gobierno sustituiría la moneda nacional por dólares, con lo que se vive actualmente en Venezuela, un proceso de "dolarización espontánea". Se da a partir de la acelerada pérdida de poder de compra del bolívar, "las personas de modo natural fijan sus bienes en otra moneda distinta a la nacional".
El inicio suele darse en el sector inmobiliario, a la hora de poner a la venta o en alquiler se pone en dólares, a la tasa de cambio más alta, aunque al final la transacción se haga en bolívares. "La dolarización avanza cuando la transacción final se completa en dólares".
Para el economista Henkel García hay una mezcla de situaciones en el sector inmobiliario. Por un lado, la gente acepta bolívares para la venta o alquiler, pero teniendo en cuenta la tasa al mercado paralelo, mientras otros exigen dólares. "No es lo mismo, pero que se tenga de referencia el dólar negro es peligroso. La gente ata sus precios al paralelo porque es que pueden obtener. Por las vías oficiales es casi imposible".
Álvarez y García coinciden que es un fenómeno común en economías de alta inflación. En lo que va de año no se han publicado cifras oficiales, pero según la estimación del Bank of America, podría llegar al 172,4% a finales de 2015. "Cuando la inflación corre a un 10% por mes y la tasa de interés es del 10%, nadie quiere ahorra en bolívares", dice Álvarez.
William Ruiz, economista e investigador del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (CEDICE), señala que esto responde a un escenario "donde el gobierno ha botado la oferta y la administración de divisas, donde el Estado reconoce que no tiene divisas para el sector importador y productivo y hace que sean los venezolanos quienes paguen y encuentren las divisas por su cuenta". La rigidez cada vez mayor para obtener dólares se suma a la "desconfianza acelerada en el bolívar". Así, cada persona que adquiere un dólar por la vía extraoficial "empieza a fijar su reposición de costos en lo que costará el dólar en el mercado negro en el futuro".
El tema soberano es una pieza clave para Henkel García, detractor de la medida. "Cuando dolarizas, cedes una pieza de la política económica que es importante. No es el mejor de los casos. Lo ideal sería que en Venezuela nos diéramos por fin una moneda estable por la vía de la seriedad".
En el plano práctico no lo ve viable por la cantidad de divisas en dólares disponibles en el país. "Necesitamos más divisas líquidas. Las que tenemos están en oro en su mayoría, y en el país, lo que hace más complicado que se puedan liquidar. Se necesitan dólares para dolarizar y eso escasea en esta economía disfuncional”. Si el Gobierno decidiera el cambio de un día para otro, el escenario que plantea García no es halagüeño: "con los niveles de productividad que tenemos, a lo interno el salario en dólares va a ser una miseria".
Víctor Álvarez tampoco ve factible la dolarización. Aunque sí cree que erradicaría la causa principal de la inflación, "la emisión desmesurada de dinero sin respaldo del Banco Central de Venezuela para financiar el déficit fiscal". También, dice, desaparecería la devaluación fiscal al no tener el Gobierno la capacidad de decisión del precio del dólar. Entre las desventajas, "se abandona la posibilidad de hacer política monetaria con fines de desarrollo. Pero como en Venezuela se ha abusado de esta capacidad de emitir dinero, es mejor que se pierda si no se sabe usar o se usa de modo extravagante".
El también Premio Nacional de Ciencias da un matiz clave para explicar por qué cree que no habrá dolarización en Venezuela. "Al Gobierno le resultaría política y moralmente caro abandonar los bolívares por la moneda expresión del poder al cual enfrenta. Sería difícil asumir como moneda nacional la del imperio".
Alicia Hernández. Caracas
Fuente: El confidencial
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