Foto: Bloomberg News
El mercado inmobiliario brasileño era hace hasta no mucho tiempo uno de los mayores símbolos del creciente poder económico del país. Ahora es víctima de una recesión cada vez más aguda. PDG Realty SA, una de las mayores constructoras por ingresos, contrató la semana pasada a Rothschild para contribuir a la reestructuración de 5.800 millones de reales (US$1.600 millones) de deuda luego de que las ventas netas del segundo trimestre cayeran 88 por ciento. Rossi Residencial SA, que tiene deuda por 2.500 millones de reales, también contrató este mes asesores para “reestructurar operaciones y revisar estrategias”. Desde 2010, la constructora ha perdido 99 por ciento de su valor bursátil.
El sector de bienes raíces, que equivale a alrededor del 10 por ciento de la economía brasileña, emerge como una de las últimas víctimas de una recesión que los analistas pronostican que será la más prolongada desde la década de 1930. Para colmo de males, las tasas de interés son las más altas en casi una década y la inflación se acelera.
“Ninguna compañía de bienes raíces sobrevive sin ventas”, dijo desde Sao Paulo Bruno Mendonça Lima de Carvalho, jefe de renta fija de Guide Investimentos SA. “No se puede importar ni exportar apartamentos. Se depende exclusivamente de la actividad interna”.
La oficina de prensa de PDG no contestó los correos electrónicos ni un llamado telefónico en los cuales se le solicitaban declaraciones sobre la reestructuración de deuda.
La constructora ha tratado de aumentar laos ingresos por medio de una reducción de precios, el financiamiento de hasta el 20 por ciento de algunas compras de viviendas y hasta de ofrecer recomprar apartamentos si los bancos niegan financiamiento. De todos modos, vendió apenas 217 unidades en el segundo trimestre sobre una base neta, en comparación con 1.749 en 2014.
Perspectivas negativas
Moody’s Investors Service rebajó el viernes tres niveles la calificación de PDG, a Caa3, y mencionó la posibilidad de pérdidas importantes para los tenedores de bonos y otros acreedores. Los acreedores asegurados podrían recuperar menos del 80 por ciento en el caso de un impago, según Moody’s, que mantuvo perspectivas negativas respecto de la nota.
“La compañía enfrenta presiones adicionales de liquidez producto de un prolongado deterioro de la dinámica del sector, lo que comprende debilidad del ritmo de ventas, escasa disponibilidad de financiamiento y declinación de los precios de los bienes raíces”, dijo Moody’s.
Rossi, que tiene sede en Sao Paulo, dijo en una respuesta por correo electrónico que las ventas del segundo trimestre mejoraron y que la compañía se concentra en reducir deuda. La deuda bruta cayó alrededor de 30 por ciento en los 12 meses hasta junio, dijo Rossi.
Las ventas de viviendas en la mayor economía de América Latina declinaron 14 por ciento en el primer semestre de 2015, según datos del instituto nacional de bienes raíces. Las constructoras redujeron los nuevos proyectos un 20 por ciento en ese período, mientras que la disponibilidad de financiamiento declinó alrededor de un 25 por ciento.
Fuente: El Espectador
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