Las propiedades se convierten en la inversión favorita de la élite global
Un paseo por el límite sur del Central Park en Nueva York revela una gran cantidad de información sobre el estado de la propiedad residencial global. A lo largo de la Calle 59 Oeste, la cual cuenta con vistas al parque, se encuentran varias torres residenciales desde las cuales los adinerados financistas de Nueva York disfrutan de las hermosas vistas. A tres minutos a pie hacia el sur, en la Calle 57 Oeste se extiende una hilera de delgados rascacielos de cristal, muchos de los cuales constituyen la segunda o tercera vivienda de inversores extranjeros. Los edificios de la Calle 59 son para los neoyorquinos ricos, mientras que los que están en la Calle 57 "apodada "Billionaires' Row" (calle de los multimillonarios) son para los extranjeros, según lo expresado por ejecutivos de la industria de bienes raíces. "Están a dos cuadras de distancia, pero también están a años luz de distancia", declaró Andy Gerringer de Marketing Directors, una compañía que se especializa en lujosos desarrollos inmobiliarios en la ciudad de Nueva York.
La historia de chinos y rusos ultra-ricos apropiándose de condominios en las ciudades occidentales ya la hemos escuchado. Pero durante los últimos años, la recuperación del mercado de su profunda recesión se ha caracterizado por un aumento de la inversión transfronteriza, con grandes flujos de capital procedentes de Asia, Suramérica y el Medio Oriente invertidos en las grandes ciudades de EE.UU. y Europa.
En un mundo de bajas tasas de interés nunca vistas y de incertidumbre política, los fondos han regresado a los activos fijos, siendo los bienes raíces una inversión favorita para los ahorros de la élite del mundo y una clase de activos más maduros para los inversores institucionales.
La avalancha de capital extranjero en las llamadas "ciudades de refugio" está impulsada por una necesidad básica de invertir las grandes cantidades de una manera segura. Lo que se consideraba en 2006 tan ilíquido y más arriesgado que las acciones o los bonos, es hoy día una "clase de activos primarios", declaró Stephen Shapiro del grupo de mercados de capitales de JLL en Nueva York.
"Los inversores actuales están diciendo: Prefiero los bienes raíces porque son un activo duro. Y en una ciudad como Nueva York, son líquidos y las posibilidades de revalorización del capital están cerca del 100%", explicó Shapiro.
Las tasas de interés extremadamente reducidas durante la crisis financiera se han mantenido cerca de cero en Norteamérica y en Europa; esto ha llevado a una búsqueda global para la obtención de rendimiento que ha favorecido a las acciones y a los bienes raíces.
La recuperación de los precios de las propiedades inmobiliarias ha sido "muy ordenada", según una nota de investigación escrita por asesores de Green Street en enero. Y mientras que la crisis financiera mundial ocasionó que los inversores a largo plazo se apartaran de las propiedades residenciales, la volatilidad los está atrayendo nuevamente y, en particular, a las que se encuentran en las percibidas "ciudades de refugio".
En medio de una vehemente campaña contra la corrupción por parte del turbio gobierno chino, de las malas relaciones entre Rusia y Occidente, y de la agitación política en Brasil, la incertidumbre ha llevado a que se invierta dinero en propiedades "trofeo" ubicadas en grandes centros urbanos, los cuales generalmente están protegidos contra las cambiantes tendencias de la economía.
En EE.UU., las ventas de viviendas a compradores extranjeros ascendió de u$s 68.000 millones en 2013 a u$s 104.000 millones en 2015, de los cuales u$s 28.000 millones provinieron de China, según la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios. Gracias a esta demanda extranjera, los precios de los inmuebles residenciales volvieron a niveles anteriores "veloz y rápidamente", declaró Gerringer.
Fuente: Cronista.com
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario