viernes, 20 de noviembre de 2015

Finanzas: 12 consejos para presupuestar con inflación

INFLACIÓN
Si para realizar un presupuesto es indispensable analizar, segmentar, detallar y llegar al elemento económico más simple, para hacerlo en entornos de alta inflación estas recomendaciones adquieren dimensiones mucho más amplias. Veamos algunas pautas específicas:
– El tiempo de análisis debe ser lo más reducido posible. Los dígitos de la inflación y la dinámica del mercado indicarán de cuánto tiempo estamos hablando (semestre, trimestre, mes…). Los especialistas afirman que un entorno hiperinflacionario es aquel donde los sueldos están indexados y su incremento es mensual.
Hay ejemplos históricos de países latinoamericanos y la Alemania de los años 20 del siglo pasado, donde los precios subían literalmente de la noche a la mañana, y la gente gastaba la totalidad de su sueldo el mismo día que cobraba, ya que sabía que al día siguiente todo sería más caro.
– Analizar si la economía de su país y su negocio, es autosustentable o depende, en gran medida, de insumos extranjeros. Si su país tiene una gran dependencia de insumos y/o bienes del exterior, sus compras y gastos en general estarán afectadas por el tipo de cambio, por lo que tendrá que conocer qué pasos debe seguir para conseguir las divisas y que tipos de cambio se esperan en el futuro.
Analice varias monedas, evalúe planes de integración local donde pueda estar presente su nación, busque proveedores en otros países diferentes a los habituales, conozca la política monetaria que están adoptando grandes potencias y otros países emergentes.
En todo caso, maneje valores fiables y tenga en cuenta que el presupuesto debe ser hecho a fin de optimizar los procesos y toma de decisiones. Si por seguir un frenesí imparable, incrementamos los precios de manera permanente, los consumidores comenzarán a buscar nuevas alternativas.
– Realizar cálculos y gestiones para vender en mercados extranjeros. Si la inflación está generada en gran medida por la presión de la tasa de cambio y su país es altamente dependiente de las divisas, es hora de “darle la vuelta a la tortilla”.
Si el tipo de cambio es un problema, busque exportar y para ello realice un análisis serio de fortalezas y debilidades de su organización. A lo mejor comienza su andadura foránea con productos y/o servicios simples o poco elaborados, pero esto permitirá adquirir experiencia, conocer nuevos clientes y detectar oportunidades de negocio que, en un principio, no conocía.
Las ventas al exterior generan divisas que se pueden emplear para expandir el negocio, comprar maquinaria e insumos y realizar otras propuestas a los clientes, tanto locales como del exterior.
– Aprovechar nichos de mercado que están quedando vacíos. ¿Se ha puesto a pensar que usted podría estar fabricando y vendiendo ese producto que no consigue en los anaqueles?.
Es la conocida frase del vaso medio vacío o medio lleno. Donde usted ve un problema, puede haber otro empresario que esté viendo una oportunidad de negocio.
Hay empresas que han cambiado radicalmente de ramo, pasaron de vender productos que ya no eran asequibles al público, por su alto precio, a convertirse en fabricantes de artículos de cuidado diario (algo básico y de bajo costo). Otro ejemplo es el área gastronómica, las salsas importadas que se han vuelto inaccesibles pueden ser sustituidas por otras nacionales que, además, ofrecen sabores más cercanos.
– Estudiar como los variables macroeconómicas (inflación, tasa de desempleo, tipo de cambio, crecimiento o decrecimiento del PIB, cifras reales de consumo,…) influyen en los hábitos de los compradores en general y de su nicho de mercado en particular.
Hay que ser objetivos frente a la información disponible y hay que adaptarla, o establecer su impacto real, a su sector económico y zona geográfica. Busque información lo más detallada posible, la inflación debe ser la de su sector económico y su estado o provincia, al igual que la tasa de empleo, el impacto en el PIB y las cifras reales de consumo.
Indague en la cámara gremial a la que pertenece, compare estadísticas de organismos públicos y privados, analice el historial de fiabilidad de las diferentes fuentes. Esto último es de notable interés: ¿Cuántas veces este organismo o estudio ha señalado tendencias que luego han resultado reales?
– Analizar como las tendencias de compra varían, ya no solo por los aspectos macroeconómicos, sino también por las nuevas herramientas tecnológicas que cada día están más presentes. Las herramientas y tácticas que hasta hace unos años (muy pocos) eran eficaces, hoy están totalmente obsoletas.
Ya no se compite con “la tienda de al lado”, las reglas del juego han cambiado y tanto vendedores como compradores disponen de canales y alternativas que no tenían hace un año o dos.
Los consumidores son más exigentes, están más preparados y, en muchos casos, integrados en movimientos de carácter ecológico y conservacionista. Busque la mejor relación costo/beneficio. Conozca cómo estos factores influyen en su área de negocio y productos. Únase a la corriente y no vaya en contra de ella.
Por ejemplo: si las bolsas de plástico que habitualmente entregaba en la tienda  han incrementado su precio  de manera sustancial, y por ello debe aumentar el precio de sus productos, necesita buscar alternativas más económicas y a la vez más ecológicas. Ofrecer bolsas en diferentes materiales reciclados, premiar con puntos a sus clientes que lleven bolsas de tela desde la casa… además de resultar más económico, permite identificar a su negocio como una empresa protectora del ambiente y  cumplir mejor con las expectativas de sus clientes.
No se conforme jamás con trasladar al producto final los aumentos de costos y gastos. Esto además de significar su salida del mercado, diría muy poco de su creatividad empresarial…
– Conocer las políticas de remuneración más efectivas de manera integral (paquetes multimoneda, bonos de productividad, aumentos salariales escalonados, fondos de pensiones…). Está claro que en un ambiente inflacionario debe proteger a su personal lo mejor que pueda.
Las causas son obvias, si no lo hace buscarán nuevas oportunidades, tanto dentro como fuera del país, y su empresa habrá perdido el esfuerzo y tiempo que significó formar a un equipo eficiente.
Todos estos cambios en las remuneraciones ofrecidas, así como los tiempos en que se otorgarán los bonos y aumentos, deben ser cuidadosamente plasmados en los presupuestos. Los impactos deben ser medidos de manera integral, es decir, considerando todas las contribuciones e impuestos que tengan como base los salarios cancelados.
– Indagar cómo se están moviendo sus competidores en este nuevo “río”. Analice a la competencia, sobre todo a los “más grandes”, seguro que puede sacar una o dos ideas de cómo luchar contra la inflación.
– Segmentar la unidad de producto a la mínima expresión posible. Sus cálculos deben partir del presupuesto de ventas y este debe ser elaborado de manera realista, pragmática y muy detallada.
El costo de materia prima y otros gastos de fabricación deben vaciarse en matrices que cuenten con cantidad de materia utilizada, precio unitario, precio total y demás integrantes del costo, y que sean fácilmente actualizables ante el cambio de cualquiera de las variables (cantidad vendida, costo de algún insumo, reducción en el uso de materia prima, cambio en alguno de los componentes).
Estos datos se deberían realizar para cada tipo de producto, mes del año y zona geográfica, si estamos hablando de una situación ideal. Hay que comenzar por calcular lo mas segmentado posible dentro de sus posibilidades humanas y técnicas.  Es obvio que esta recomendación es aplicable, así mismo, a todos los gastos de la empresa.
– Proyectar la inflación y la tasa de cambio de manera mensual. Por favor, no divida el monto esperado anual entre 12. Tome en cuenta épocas del año, estacionalidad o no de sus productos, zona geográfica donde está asentado, tipo de cambio, leyes aplicables a su industria, nuevos tratado internacionales, proveedores ubicados en diferentes países y cualquier otra variable que afecte las peculiaridades de su compañía.
No es lo mismo un negocio de turismo que una cadena de supermercados.
 Realizar esquemas muy definidos de temporalidad del negocio y buscar negocios que puedan cubrir las estaciones más bajas. Trate de complementar las épocas bajas del negocio con otras alternativas que le sigan ofreciendo utilidades.
Este consejo también aplica para la complementariedad que se puede dar entre líneas de productos de diferentes clases y precios, las cuales son afectadas por la inflación a diferentes niveles.
– Revisar, analizar y volver a empezar. La retroalimentación y adoptar medidas para tomar los correctivos es fundamental. Asegúrese de contar con información confiable y oportuna: la inflación requiere de medidas rápidas y decisivas.

Fuente: Rodríguez, Carracedo & Asociados


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