Consejos para que el gato no rasguñe los muebles
Los gatos utilizan sus uñas para marcar límites 
territoriales visibles y odoríferas (dejan su olor por las secreciones 
de la piel que emana de sus manos), por otro lado regularmente crecen 
uñas nuevas debajo de las existentes y  trata de desprender las viejas 
rascando superficies rugosas o utilizando sus propios dientes, por eso 
pareciera que se afila las uñas, pero en realidad se saca las viejas 
para dejar a la vista una perfecta y filosa uña nueva.
Una de las tácticas más usuales y efectivas para enfrentar este 
problema, es rociarlos con un chorrito de agua tirado desde una botella 
de spray cada vez que  comience a rasguñar los muebles. Esto mantendrá 
al gatito alejado y distinguirá que toda vez que repita esta práctica 
acabara mojado.
Otro remedio para cuando no estés en casa es colocar varias hojuelas 
de aluminio en las áreas de los muebles donde tu gato rasga 
regularmente, pues por alguna razón les causa miedo y se alejan.
Busca en las veterinarias un rascador para gatos, juguetes, troncos y
 demás variedades que incluso se encuentran adicionados con hierba 
gatera. También puedes impedir que arañe los muebles poniendo obstáculos
 físicos, como fundas de distintos materiales o rociándolos con 
feromonas felinas.
Otra variante que suele brindar buenos resultados es el corte periódico de las uñas (cada 15 días).
Elige el mobiliario adecuado
Existen algunas texturas y formas a las que el gatito no se siente atraído por ejemplo:
Los tapices de terciopelo son muy duros para rasguñar, con lo que la 
mayoría de los gatos solo podrían lograr hacer diminutos agujeritos con 
sus garras, sin resultarles  atractivo. En oposición hay que evitar a 
toda costa los revestimientos para muebles con brocados ya que las 
costuras vistosas son el ingrediente más buscado por los pequeños 
felinos.
También  les encanta rasguñar la madera, pero sólo si  está al 
descubierto, o bien tiene grietas, o  figuras decorativas talladas. En 
otras palabras, si hay algo para que ellos agarren con sus garras, sin 
duda lo rasguñarán. Por eso, debes buscar muebles que o bien tengan la 
madera cubierta, o  una madera bien lisa. La otra alternativa es 
decantarse por las patas tubulares o mueblería contemporánea de 
aluminio.
Si bien ninguna solución es infalible, comencemos por educar a 
nuestra mascota desde cachorro, desaprobándolo cuando utilice sus uñas 
sobre nuestro mobiliario, y premiándolo cuando use el rascador. No se 
trata entonces de discernir entre tener muebles o dar cariño a nuestro 
gato las soluciones están al alcance.
 
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