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 Londres
 crecerá a lo alto en los próximos años gracias a la construcción de 200
 rascacielos que cambiarán totalmente la fisonomía de la capital 
británica. La ciudad ha sido reacia durante muchos años a la 
construcción de torres, pero la alta demanda de nuevas viviendas por 
parte de inversores extranjeros y la necesidad de optimizar el poco 
espacio disponible ha dado un giro a la política urbanística.
 De las 200 torres que ya cuentan con la aprobación oficial, 150 son 
edificios residenciales con más de 20 plantas. Muchos de ellos se 
encuentran en la orilla sur del rio Támesis y ofrecen vistas 
privilegiadas sobre las partes más reconocibles y espectaculares de  la 
ciudad.
 
 Durante décadas, Londres ha crecido únicamente a lo ancho. Se seguía una
 regla no escrita, pero casi sagrada, que indicaba que los edificios no 
podían tapar la vista de la catedral de san Pablo, ubicada en el corazón
 de la city. La catedral, de 111 metros de altura y finalizada en 1708, 
fue durante muchos años el edificio más alto de la ciudad, algo insólito
 teniendo en cuenta que la urbe tiene más de ocho millones de 
habitantes.
 
 El primer rascacielos de Reino Unido fue la Natwest Tower, que se 
construyó en los años setenta. A partir de entonces se han construido 
algunos edificios emblemáticos de más de cien metros de altura, casi 
todos de oficinas.
 
 La última gran incorporación ha sido The Shard, convertido en el 
edificio más alto de Europa occidental gracias a su concepto de ciudad 
vertical y sus 306 metros de altura. El único lugar de Londres donde los
 rascacielos se levantaron con libertad fue en el distrito financiero de
 Canary Wharf, suficientemente alejado de San Pablo como para entorpecer
 su visión.
 Un plan controvertido
 
 El plan de construir estas 200 nuevas torres ha creado una fuerte 
polémica en la ciudad. “No es que estemos en contra de los edificios 
altos, que siempre han jugado un papel importante en la historia de la 
ciudad, como ocurre con la torre de Londres, el palacio de Westminster o
 la catedral de San Pablo”, aseguraba recientemente  Nigel Barker, 
director de conservación del English Heritage, “pero esto es un cambio 
muy significativo y la gente no es consciente de lo que va a transformar
 la ciudad”.
 
 Buena parte de la decisión de levantar todos estos rascacielos viene de 
la presión compradora que ejercen los inversores extranjeros, que en 
general adoran los rascacielos y las vistas de 360 grados sobre las 
ciudades. La llegada de este tipo de inversores es una de las razones 
por las que los precios de la vivienda en londres crecen a un ritmo 
anual del 10% y han hecho saltar todas las alarmas sobre una posible 
burbuja inmobiliaria.
 
 Según el informe The Wealth Report, publicado recientemente por Knight 
Frank, Londres es la tercera ciudad más cara para comprar una vivienda 
de lujo, por detrás de Mónaco y Hong Kong. Por un millón de dólares 
(720.000 euros) sólo es posible comprar una casa de 25 metros cuadrados 
en el corazón de la capital británica.
 
 
 
Más habitantes
 Otra razón que obliga a levantar rascacielos es la falta de viviendas en
 la ciudad. Diversos cálculos hablan de que Londres necesita construir 
alrededor de 50.000 viviendas al año para hacer frente al aumento de 
población. De momento, sólo se están construyendo 28.000. Londres tendrá
 dos millones más de habitantes de aquí a 2030, lo que indica la 
urgencia de las autoridades por levantar nuevas viviendas.
 
 Algunas de las primeras torres ya están casi acabadas y permiten 
comprobar cómo será vivir en uno de estos lujosos rascacielos. Su 
llegada es una buena noticia para muchos urbanitas que buscan edificios 
nuevos, bien localizados, con excelentes servicios –los edificios tienen
 gimnasio, club privado, piscinas, terrazas con jardines y portero 24h 
al día- y magníficas vistas.
 
 Muchas de estas torres se encuentran en la orilla sur del río, en el 
tramo entre la antigua estación eléctrica de Battersea y  London Brigde.
 La constructora St George acaba de terminar una torre de 50 plantas en 
Vauxhall y ya no hay viviendas disponibles.
 
 Varios edificios de lujo serán terminados en los próximos meses en este 
nuevo barrio. Otras zonas de la ciudad donde también habrá proliferación
 de rascacielos son Old Street, Nine  Elms, London Bridge y Elephant 
& Castle, zonas en general con poco atractivo arquitectónico y con 
terrenos disponibles donde levantar nuevos edificios.
 
 Canary Wharf podría recibir una nueva ola de rascacielos en los próximos
 años, con cerca de una docena previstos para los próximos cinco años. 
La torre baltimore será una de las más exclusivas, con 330 apartamentos y
 un bar en la última planta. Los precios comienzan en 448.000 libras 
(550.000 euros) y los más caros se sitúan en torno a 1,3 millones de 
libras.
 
Fuente: idealista.com  | 
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