miércoles, 9 de marzo de 2016

La plusvalía gana terreno en la región


Fuente: www.eleconomista.net
 Adquirir una vivienda o un apartamento cercano a los lugares de trabajo y estudio, en un condominio cerrado con un club interno y que la casa tenga además acabados de lujo, es lo que cada vez más centroamericanos están buscando.

Esa demanda ha hecho que los precios de venta del metro cuadrado en el mercado alcancen, en algunas áreas, muy buena plusvalía, lo que no solo están aprovechando los desarrolladores de proyectos nuevos sino aquellos que quieren vender su propiedad que compraron hace algunos años.

Revista El Economista consultó a expertos agentes de bienes raíces y constructores de la región para conocer el estado de los precios de las viviendas para diferentes segmentos sociales y lo que el mercado está demandando.

Un denominador común es que la mayoría de personas gustan de vivir en la ciudad capital debido a la facilidad de acceso a los centros laborales, establecimientos comerciales, hospitales, escuelas, universidades, entre otros. Pero el poco espacio disponible hace que los desarrolladores apuesten por edificios de apartamentos y releguen las comunidades cerradas o “clúster” habitacionales nuevos para las zonas cercanas a las urbes.

En el caso de Guatemala, en los últimos cinco años los desarrolladores se han enfocado en atender al segmento poblacional de clase media alta, el cual ha crecido, según estimaciones de la Cámara Guatemalteca de la Construcción, en un 30 % y representa entre el 20 % y el 25% del total del mercado inmobiliario.

“Si los constructores siguen creyendo en la clase media y destinan recursos de inversión a satisfacer la demanda que en esta existe, consideramos que las ventas inmobiliarias representarán un crecimiento continuo mínimo del 10 % anual”, asegura Jonathan Arriaza, asociado de CityMax Real Estate.

El factor seguridad también cobra un papel preponderante al momento de buscar el lugar para residir, especialmente en Honduras y El Salvador, que tienen las tasas de criminalidad más altas de la región.

Por ello, muchos anhelan vivir en prestigiosas residenciales alejadas de zonas conflictivas, con vigilancia permanente y bien iluminadas.

A juicio de Édgar García, presidente de la Cámara Salvadoreña de Bienes Raíces, el problema radica en que esa especie de “zonas santuario” donde hace unos 10 años el metro cuadrado de uso residencial se cotizaba a $20 o $30 ahora se está hablando de entre $300 y $400, lo cual es un crecimiento en la plusvalía “demasiado acelerado”, genera una sobreespeculación en el mercado y reduce al segmento poblacional que puede pagar dichos precios.

Una situación bastante similar, pero por causas diferentes, experimenta Panamá. El dinámico crecimiento de su economía atrajo a miles de extranjeros de alto poder adquisitivo que vieron el país como un lugar estable y seguro para vivir, llegando a triplicar el precio de las tierras.

“Las propiedades llegaron a costar más de $3,000 el metro cuadrado en zonas como Punta Pacífica, avenida Balboa y Punta Paitilla, áreas donde los rascacielos de apartamentos exclusivos se pusieron de moda”, afirma Pedro Dedresno, directivo de la Asociación Panameña de Corredores y Promotores de Bienes Raíces.

Los expertos consultados coinciden en que el negocio de bienes raíces continuará creciendo sanamente en los próximos años, pero enfatizan en la necesidad de trabajar junto con los gobiernos para no desatender un numeroso segmento poblacional que carece de vivienda digna. •

Fuente: El Economista
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