La semana anterior tuvimos la suerte de leer el reporte sobre la economía venezolana de Francisco Rodríguez, Economista para la Región Andina de Bank of America Merrill Lynch, el cual asocia la situación que viven los papeles venezolanos denominados en dólares, con aquel problema de física de bachillerato en el cual un vehículo se dirigía a un precipicio que quedaba a 500 metros a una velocidad constante conocida, y la pregunta por supuesto era en cuanto tiempo llegaría al fatídico lugar.
Francisco Rodríguez no usa este ejemplo para sugerir que el evento de incumplimiento de pagos es inexorable como la caída del vehículo al llegar al precipicio; por el contrario a diferencia del ejemplo de bachillerato, él le da libre albedrio al chofer, el cual eventualmente podría frenar a tiempo, dar una vuelta en U, o efectuar cualquier otra maniobra que cambiara el curso fatídico.
Rodríguez, siempre optimista, no se pregunta en cuanto tiempo se agotarán los recursos que, por ahora, nos separan del default (reservas liquidas y otros activos) sino en que momento el chofer hará la maniobra que lo desvíe de su trágico destino. Si el chofer es suicida en un par de años llegará al barranco y volará cual Thelma and Louise, las anti heroínas de la película de principio de los noventa del siglo pasado.
Pero la vida siempre es más complicada que las películas norteamericanas, o los problemas de física que suceden en un mundo sin fricciones, o donde los choferes no tienen, por ejemplo, principios religiosos que les impidan suicidarse, o simplemente miedo a morir.
¿Cuándo podría cambiar de rumbo el chofer? ¿Luego de las elecciones parlamentarias de diciembre? ¿Tan pronto el precio del petróleo de muestras serias de querer subir? ¿O cuando el Presidente Maduro sienta que el costo político de cambiar es tolerable?
Para hacer más interesante la imagen propuesta por Francisco, lo colocamos a usted como copiloto en esta historia. Usted puede saltar antes de que caiga el auto al vacío y quebrarse unas cuantas costillas, es decir tomar una pérdida de capital o una discreta ganancia, si tuvo la suerte de adquirir estos papeles en los precios mínimos de las últimas semanas; o puede apostar al viraje, que de no darse le dará la oportunidad de ver lo que Thelma y Louise sufrieron, y los que fuimos al cine nunca vimos, esto es por supuesto es mantener los papeles y vivir el evento crediticio que conduciría a unas negociaciones bastante largas.
¿Qué hacer? busque pistas: siga el mercado de credit default swap que captura las probabilidades de insolvencia estimadas por los especuladores en deuda venezolana.
No se asuste cuando lea que los niveles de primas actuales corresponde a probabilidades de insolvencia de 97% en los próximos cinco años, de 85% en dos años y de 67% en un año, según señala el reporte de Bank of America Merrill Lynch. Es muy posible que en momentos del alta incertidumbre esta primas estén exageradamente infladas lo que sobrestima las probabilidades de un evento crediticio.
También es muy recomendable estudiar el comportamiento del precio del crudo y empezar a elucubrar sobre las disputas internas de Libia, la velocidad de recuperación de la industria petrolera iraní, o la propensión de los sauditas a dejar de descapitalizarse aun a sabiendas de que lo que aumenta sus ingresos fortalece a sus enemigos.
Fuente: Altag.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario