Los bancos aumentan la tasa de interés para prestarse entre sí debido a una menor disponibilidad de bolívares. El billete de Bs. 100 rumbo a los mil millones de piezas
El Gobierno ha impulsado la estrategia de un mayor gasto público y de expansión monetaria en los últimos años. Sin embargo, esta situación parece estar cambiando, ya que desde finales del primer semestre de 2014 se observa una baja en el ritmo de crecimiento de estas dos variables, así como en la colocación de bonos de la deuda pública interna.
Analistas señalan que, al parecer, el Gobierno ya estaría ejecutando algunas medidas de carácter monetario y fiscal que logren disminuir las presiones inflacionarias y cambiarias, las cuales han generado distorsiones a la economía.
Cifras del Banco Central de Venezuela (BCV) revelan que la liquidez monetaria entre enero y junio de 2014 registró un incremento de Bs. 242.000 millones; es decir, una variación de 20% durante ese período para cerrar en Bs. 1,4 billones.
Al comparar esta data con el segundo semestre de 2013 se observa que esta variable aumentó Bs. 355.000 millones, para una variación de 42% al finalizar en diciembre en Bs. 1,2 billones.
El economista Ramiro Molina destacó que se “está entrando en un quiebre de la expansión monetaria”, ya que por primera vez se observa una disminución en la velocidad del crecimiento de la liquidez y en momentos en que algunos funcionarios comienzan a tratar el tema como parte de las medidas económicas que se deben tomar.
“Desde 2011 y hasta 2013 hubo una coyuntura específica y estamos en una situación distinta en 2014. Aunque aún es temprano para conocer si es una nueva estrategia del Gobierno y si la sostendrá en el transcurso del año, los números nos indican que en el segundo trimestre, principalmente, muestra un comportamiento más disciplinado que en los últimos tres años”, explicó.
Molina destaca que un menor monto de bolívares en el mercado interno ha comenzado a generar problemas de liquidez en algunas instituciones bancarias. Esta situación ha llevado a un alza de la tasa de interés interbancaria, mejor conocida como overnight. Es decir, los intereses que cobran los bancos por prestarse entre sí pasaron de 4,6% en junio a 14% en julio, en promedio.
Una mayor liquidación de divisas por parte del Cencoex y por el BCV a través del Sicad también ha generado una sequía de bolívares en el sistema financiero, llevando la tasa overnight a niveles no vistos desde el año 2008.
Datos del Ministerio de Economía, Finanzas y Banca Pública señalan, igualmente, que la colocación de bonos de deuda pública interna alcanzó hasta mediados de julio Bs. 51.400 millones, lo que se traduce en que aún a la Tesorería Nacional le queda por emitir el 40% del endeudamiento programado para este año.
Esta situación es contraria a la de 2013 cuando el monto establecido para ese periodo fiscal en papeles de DPN se había utilizado por completo entre los meses de enero a junio, obligando al Gobierno a solicitar un aumento del tope del endeudamiento.
Los bolívares
El Ejecutivo ha sostenido un elevado gasto que ha acentuado el aumento de los precios de los bienes en medio de un control de cambios que lleva ya más de 10 años. La inflación acumulada a mayo alcanzó 23% mientras que la anualizada registra un 60%, lo que se convierte en una de las tasas más altas de la economía local.
En los últimos 15 años, el gasto público se ha expandido anualmente 35%, y pasó de representar 26,1% del Producto Interno Bruto (PIB) a finales de la década de los 90, a 40% al cierre del año pasado, de acuerdo a cálculos de la firma privada Ecoanalítica.
En un informe señaló que el crecimiento de los desembolsos del Estado, más allá de las importantes posibilidades brindadas por un aumento en los ingresos, ha llevado a déficits promedio de 1,8% del PIB -y de más de 10% en los últimos tres años- y ha hecho que la deuda crezca 304,5% en el mismo periodo.
“En Ecoanalítica vemos con preocupación cómo el Gobierno se empeña en mantener en expansión un gasto que ha demostrado ser ineficiente, incluso en épocas donde ni la lógica política lo exige (como este año que es no electoral)”, apuntó.
Aunque la liquidez monetaria ha disminuido su ritmo de crecimiento, las cifras oficiales señalan que registra un incremento de 70% desde el 5 de julio de 2013 y hasta el 4 de julio de este año, al pasar de Bs. 854.000 millones a Bs. 1,4 billones.
Molina recordó que a partir del año 2011 se inició el desborde de los recursos en bolívares en la calle, lo que ha impedido contener los niveles de inflación.
Los billetes
Una de las consecuencias de la alta liquidez y de la elevada inflación es la necesidad de colocar un mayor número de piezas de billetes de alta denominación.
En las cifras del BCV se observa que al cierre del mes de junio el número de billetes de Bs. 100 llegó a 909 millones de piezas, lo que se traduce en un aumento de más del doble desde enero de 2013 cuando el cono monetario contaba con 492 millones de billetes de este tipo.
En estos seis meses registra una impresión de 15 millones de piezas nuevas mensuales, por lo que de seguir en el segundo semestre este mismo ritmo, se puede inferir que el número de billetes en circulación de Bs. 100 llegará a los 1.000 millones de piezas a finales de 2014.
El economista y profesor de la Universidad Católica Andrés Bellos, Ronal Balza, ha señalado que en la proporción actual del cono monetario se observa que la inflación ha hecho que la población maneje un mayor número de billetes. “Debido a la pérdida de poder de compra y a medida que aumenta la tasa de inflación, también se incrementa la remuneración a los trabajadores; por lo tanto, se requiere de un mayor número de billetes de más alta denominación”, explicó.
Cuando surgió el “bolívar fuerte” en 2007, año de la reconversión monetaria, tres de cada 100 billetes eran de Bs. 100, mientras que ahora 27 de cada 100, son de esta pieza de alta denominación.
A juicio del economista, con los actuales manejos de política monetaria y fiscal, tanto del BCV como del Ejecutivo, se está generando más inflación, por lo que aún será difícil de contener.
“Hay que recordar que el respaldo en divisas del dinero en circulación es cada vez menor, producto de la transferencia de reservas internacionales al Fonden que se inició años atrás. Esta situación generó que aumentara de manera desproporcional la liquidez monetaria, lo que acentuó las presiones cambiarias y elevó el tipo de cambio implícito a bolívares 70 por dólar”, destacó Balza.
Las autoridades han advertido que no existe una revisión del cono monetario y que se mantendrá la actual familia de billetes con un máximo de Bs. 100, saliendo así al paso de los rumores sobre la posible circulación de piezas de Bs. 200 y de Bs. 500.
Algunas firmas internacionales han recomendado al BCV que es hora de comenzar a colocar en circulación billetes de más alta denominación, ya que debido al aumento de la inflación hace que la mitad de los billetes de la economía sean de Bs. 100.
Fuente: El mundo Economia & Negocios
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