Parece obvio que quien quiere vender su vivienda, debe prepararla para que los posibles compradoras la visiten en las mejores condiciones.
Al menos que esté limpia y ordenada, sin excesivos elementos decorativos, sin fotos y cuadros personales a la vista, sin objetos religiosos…
En la visita de prospección, el asesor inmobiliario debe tener una conversación con el propietario para advertirle de situaciones que ponen en riesgo la venta de la casa.
No es cómodo sugerir cambios en la vivienda a quien ha vivido en ella, pero es necesario evitar circunstancias como estas:
- Tener en la casa una caja de arena para el gato a la vista… es bueno para el gato, no para conseguir ofertas:
- Los muebles de Ikea tuneados, no dejan de ser muebles de Ikea:
- A los compradores les encanta abrir armarios y juzgar a los inquilinos por sus pertenencias y desorden:
- Tener la casa sucia no es una opción, no siquiera para elementos no se ven a simple vista:
- Los cables sueltos son un peligro:
-. No dejes a la vista tus artilugios para el esparcimiento:
- Los interruptores sucios, descascarillasdos o amarillentos dan repelús:
- Que las visitas se hagan en plena mudanza no es buena idea:
- Tapetes y alfombras usados, sucios y/o malolientes, mejor fuera de casa;
- Guarda los objetos de valor y también las armas!:
En muchos casos, una labor de Home Staging permite adecuar la vivienda y mejorar su aspecto para facilitar su venta.
Artículo Original: “10 things polite realtors won’t tell sellers“. Fotos via Shutterstock
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