jueves, 5 de marzo de 2015

España: ‘Cloud Housing’: la economía colaborativa también se puede aplicar a la vivienda

Proyecto Recoopera para la rehabilitación del barrio de Orba en Alfafar (Valencia).
  La idea la tuvo hace cinco años la arquitecta catalana Mariona Soler. Los espacios privados, el piso, se combinan con los espacios y servicios comunes, pagando en función del uso que se haga de ellos. Huerto, biblioteca, lavandería, guardería, cocina, arreglos domésticos, etc. Las cuotas se fijan según el tipo de vivienda y los servicios que se utilizan.

En el mercado inmobiliario parece que sólo hay dos posibilidades: vivir de alquiler o vivir como propietario, pagando o no la hipoteca al banco. Pero hay más. La economía colaborativa, que está revolucionando el transporte o el turismo, ha llegado también a la vivienda. Como explica el blog de Anida, compartir se convierte en la mejor manera de consumir.

La idea la tuvo hace cinco años la arquitecta catalana Mariona Soler. Lo llamó cloud housing y le dio forma en la plataforma Vida+Fácil. Se trata de edificios que funcionan como una empresa, donde los pisos son los espacios privados y se combinan con los espacios y servicios comunes, pagando en función del uso que se haga de ellos.

Soler sostiene que no tiene sentido que en un edificio haya 30 contratos diferentes de conexión a Internet, que cada piso tenga una lavadora propia o que no se aprovechen las azoteas. En compartir está la solución. Se consigue así un gran ahorro al poder comprar al por mayor –por ejemplo, un contrato de Internet para toda una comunidad es menos costoso que uno individual– y se aprovechan mejor todos los recursos –agua, limpieza, reciclaje…–, incluidos los energéticos.

El cloud housing contempla un gran abanico de espacios y servicios comunes: un huerto urbano donde cultivar hortalizas, espacios gastronómicos, bibliotecas, lavanderías, servicios de guardería y de cocina, arreglos domésticos, etc. Como todos los vecinos se involucran en la oferta comunitaria se fomenta además la sociabilidad y la colaboración. La idea es cubrir todas las necesidades de la vida diaria. 

Cada familia o usuario paga una cuota por la vivienda que utiliza, pudiendo cambiar de piso si cambian sus necesidades. De tal forma que si se tienen hijos o se van de casa, es posible trasladarse a otro de diferente tamaño, en el mismo edificio o en cualquier otro de los que compondrían una red de cloud housing. 

Las viviendas deben adaptarse a los usuarios y no al contrario. Eso además facilita la movilidad laboral. “El cloud housing no se limita solo al edificio. Se extiende también a un conjunto de edificios que se unen para ofrecer los recursos disponibles. Es un modelo horizontal”, explica Soler.

Cuánto y cómo se paga 

Las cuotas se fijan según el tipo de vivienda y los servicios que se utilizan. “El pago podría ser con dinero o bien con tiempo –aclara Soler–. Si alguien se queda sin trabajo podría ofrecer su mano de obra al comedor social del edificio y así poder comer gratis todos los días”. Los ingresos se destinan al mantenimiento del edificio y al pago de los servicios. Cada inmueble contaría con un gestor encargado de asegurar el buen uso de los equipamientos y la coordinación de todas las actividades comunes. 

Ya existen algunos proyectos pioneros, como el de Recoopera, una rehabilitación en el barrio de Orba en Alfafar (Valencia), premiado en el Concurso de Revitalización de Vivienda Urbana organizado por la ONU. 

Sin embargo, Mariona Soler reconoce que el cloud housing “se encuentra todavía en la fase de proyecto por la dificultad de encontrar financiación. Exige una inversión importante y hay reticencias a invertir en un modelo nuevo. A las administraciones y empresas les falta impulso para apostar por estas ideas socialmente responsables”.

Fuente: 20 minutos.es

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