Annette López-Múñoz
Hace unos cuantos días la revista web The Real Deal, celebró un fórum sobre Bienes Raíces al que acudió una buena parte de la plana mayor de los inversionistas que hacen y deshacen en el sur de la Florida. Entre ellos estaban Nitin Motwani, que construye el Miami Worldcenter; Ana Codina, de Codina Partners; Joseph Furst, de Goldman Properties y Avra Jain, con el grupo Vagabond. Les puedo decir que todos proyectaron una visión grandiosa de nuestra ciudad y de lo que se tornarán su jóvenes barrios. Ya sea Wynwood, el Design District, Edgewater, Coconut Grove, el Doral o el downtown, todos coincidieron y describieron una irreconocible silueta de un Miami, muy diferente a la ciudad en la que hemos vivido.
Allí también estaban algunos brokers y urbanizadores recién venidos de Nueva York que parecían estar como pez fuera del agua, y que confesaron haberse quedado sorprendidos ante el interés de sus clientes por nuestra ciudad. No es un secreto, que los neoyorkinos están convencidos de estar arraigados en el epicentro del mundo. Si, es cierto, que de vez en cuando se dignan torcer la mirada y posar sus ojos con beneplácito sobre Los Ángeles, pero ahí queda la cosa. Miami, confesaron, no estaba ni siquiera en su radar. “Vinimos a Miami siguiendo a nuestro clientes y al dinero, no nos quedó otro remedio, pero de que nos sorprendió, nos sorprendió”, Dijo Peter Fine, presidente de To Better Days Development, un recalcitrante ciudadano de Nueva York, quien se quejó del paso de tortuga con el que aquí funcionamos y de nuestro poco profesionalismo. Hubo otros en el panel que mencionaron que por el contrario, les encanta la vida de Miami. “Un desayuno temprano en Nueva York es a la cinco o seis de la mañana” dijo uno de los panelistas. Aquí un desayuno “temprano” es a las 9:30 am. ¡Bienvenido seas Miami!
En la audiencia estaba Edgardo Defortuna principal de Fortune International Realty. Como él no es neoyorquino, le pedimos su punto de vista sobre esta súbita atracción de estos, que viven en el Olimpos norteamericano, hacia Miami y si el romance perdurará o nos dejarán “vestida y alborotada”.
Con una sonrisa, Defortuna aseguró: “Estamos solo en el comienzo. Miami tiene un potencial enorme y las posibilidades de esta ciudad son infinitas”. Puso como ejemplo, que cuando vienen amigos y clientes provenientes de ciudades como Londres o París y se encuentran que en Miami se puede comprar un apartamento con vista a la bahía por un precio razonable, no se lo pueden creer. Considera que el crecimiento va hacia el norte a lo largo de costa y que en Fort Lauderdale veremos también un gran cambio.
“Cuando vives en una ciudad no te das cuenta de los cambios porque te acostumbraste, pero ellos (los que viven fuera de Miami) nos están empezando a ver con otros ojos”.
Hubo un comentario que realmente me dejó perpleja y me hizo pensar. Uno de los panelistas mencionó de pasada: “Y eso que Miami todavía no ha lidiado con la masiva demanda China”. Es cierto, hasta ahora hemos visto latinoamericanos, franceses, españoles, canadienses y rusos, entre otros, pero es cierto que no hemos visto un exagerado número de clientes chinos. Al parecer, los neoyorquinos proyectan que cuando los chinos le agarren el gustillo a la sabrosa vida de Miami vendrán “en molote”.
Quién sabe… por ahora lo que si tienen que resolver los políticos ante los 62,000 permisos de unidades concedidos en este ciclo, es encontrar urgentemente una solución al tráfico. Si no, mientras que unos llegan otros vamos a pensar en evacuar y rápido.
Fuente: El Nuevo Herald
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viernes, 13 de noviembre de 2015
Miami: Una visión grandiosa sobre el futuro de Miami
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