martes, 12 de mayo de 2015

Venezuela: Contratos de tiempo compartido resisten mejor la inflación que otro tipo de bienes


El disfrute por extranjeros de su tiempo compartido en establecimientos nacionales ha decaído. / Foto: STEPHANY OLDAN
Multipropiedad ha perdido atractivo para los desarrolladores por el encarecimiento de los costes de mantenimiento.

Los alojamientos de modalidad tiempo compartido experimentan un crecimiento sostenido, tanto del lado de la oferta como de la demanda, debido a que es un bien que conserva su valor en un contexto inflacionario y un marco regulatorio restrictivo que afecta a otras partes del sector inmobiliario.

La Cámara de la Multipropiedad y Tiempo Compartido (Camycom) celebró su asamblea anual en Margarita a finales del mes pasado.

Su presidente, Rafael Guerra, en contacto telefónico, señaló que en los últimos años han escogido la región insular para congregarse debido al gran desarrollo de esta modalidad de alojamiento en la región insular.

"Margarita por ser el principal destino turístico es donde también hay mayor desarrollo de hoteles que se comercializan con tiempo compartido en Venezuela", dijo Guerra.

Camycon registra 26 empresas activas que se dedican a esta actividad en todo el país. Tan sólo en Nueva Esparta, hay más de 20 de empresas operativas, apuntó Guerra.

"Nuestro producto no es algo que la gente se levanta un día en la mañana y diga voy a comprar un tiempo compartido. Nosotros dependemos del mercadeo directo, que crea la necesidad del producto entre nuestros potenciales clientes. Vendemos un sueño que puede realizarse hoy", dijo Guerra.

Historia

El tiempo compartido empezó su historia en el país en la década de 1980, con la modalidad de multipropiedad, en la que el comprador adquiría el derecho de propiedad de una unidad.

La multipropiedad ha perdido atractivo para los desarrolladores por el encarecimiento de los costes de mantenimiento. Guerra acotó que la alta inflación ha provocado que las propietarios gasten más en mantenimiento que el precio original de la unidad.

En las décadas de 1990 y los primeros años de 2000, el tiempo compartido se convirtió más en vender "el derecho de disfrutar un servicio en un establecimiento", precisó Guerra.

Las condiciones de contratos de usufructo, también han cambiado desde estadías en semanas fijas, en semanas flotantes o por puntos, éstas últimas son las más implementadas en la actualidad.

"Venezuela es el país latinoamericano con mayor desarrollo de opciones de tiempo compartido", dijo Guerra, debido no sólo a la historia inflacionaria del país sino también por la flexibilidad para las familias de clase media de poder planificar sus vacaciones acorde al tamaño del grupo familiar y el tiempo disponible.
Coyuntura

Guerra identificó a la escasez de los insumos como el principal desafío que enfrenta el ramo del tiempo compartido.

No obstante, las inversiones en este tipo de desarrollo han crecido en respuesta a los marcos regulatorios más punitivos que afectan al sector inmobiliario de fines residenciales.

Dólares

La última generación de contratos de tiempo compartido incluyen servicios de estadía en establecimientos internacionales.

Hasta 2010, era posible pagar las cuotas de estos convenios internacionales en bolívares. Pero con el endurecimiento progresivo de las condiciones del control de cambio, agravado en los últimos meses por una considerable baja de las divisas captadas por el país, ha significado que los operadores internacionales exijan el pago de la cuota para estadías en el exterior en moneda internacional.

La crisis con los dólares ha desestimulado la inversión extranjera. Por tanto la actividad de tiempo compartido actualmente es ofertada "fundamentalmente" por empresas nacionales, refirió Guerra.

Fuente: El sol de Margarita

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