A
pesar de que el gobierno venezolano no duda en señalar a la
construcción como uno de los motores de la economía, los empresarios del
sector en nuestro país, se mantienen apelando a la creatividad,
pescando oportunidades para surgir. Uno de ellos es Gilbert Dao, actual
Presidente de la Cámara Venezolana de la Construcción, quien tiene por
lo menos 25 años dedicado de manera formal a la actividad privada.
“Lo que uno añora, es que haya realmente una estabilidad económica en el
país y entrar en una senda de crecimiento que permita trabajar y
desarrollarse”, señala el empresario al hacer un balance del camino
recorrido por su empresa, desde su formación en el año 89. Y es que se
trata de un período, recuerda, que “siempre ha estado vulnerado política
y económicamente. No ha habido un período de resplandor y crecimiento
constante en el país”.
A la falta de insumos para construir, los problemas laborales en las
obras, la inestabilidad del país, Dao también ha tenido que sumarle en
los últimos años, la separación de sus socios quienes, según dijo,
buscaron otros caminos fuera de Venezuela. Pero no se amilana, al
parecer, la creatividad está en el ADN del constructor “tengas o no
crisis, siempre puedes identificar un proyecto que te permita
desarrollarte profesionalmente (…) el constructor identifica el negocio y
hace el negocio”.
Explica que en su empresa también se reflejan los altos y bajos del
país; en determinados momentos, ha tenido que reducir la cantidad de
trabajadores y en otros aumentarla. La experiencia de la coyuntura de
2002, en el país, le ha servido para sobrellevar la actual “En este
momento la empresa ha estado más preparada para enfrentar esta
situación, quizás es el resultado de la experiencia de años anteriores
que permitió tomar previsiones un poco palpando ese entorno político
que, en este país, condiciona más que el económico”.
Cámara Venezolana de la Construcción
Para este empresario, la actividad gremial le ha servido de crecimiento
personal y profesional. Cuando ya le queda poco tiempo al frente de la
cámara dice con orgullo que le ha dejado satisfacciones. “El haber
aportado un granito de arena al sector construcción nacional, esta es
una institución que tiene 70 años (…) son muy pocas con tantos años” Y
es que nombre de sus colegas ha discutido con los diferentes niveles del
gobierno, las soluciones a los problemas que atraviesa el sector.
Una cámara empresarial que se ha caracterizado por ser prudente a la
hora de hacer público los problemas de sus afiliados, pero que ha
trabajado en bloque por el bien común. Es también el punto de encuentro y
de apoyo entre sus integrantes. “Poder palpar cómo han enfrentado los
otros los problemas, hace que se haga más fácil tomar una decisión, o
que los escenarios de análisis sean más amplios”.
Hacer vida gremial, le ha servido además para conocer a los competidores
y dar a conocer los servicios de su empresa, dedicada al área
electromecánica de las obras.
Honestidad, ética y transparencia
En un país en el que cada sector habla de crisis, los valores personales
y familiares cobran cada vez más importancia. Al hablar de su familia,
de repente aparece un toque de sobreprotección a su hija todavía menor
de edad, pero de inmediato reflexiona, en torno a lo que sería
interferir en su formación como persona “mientras más agresivo es el
entorno donde vivimos, tratamos de crear una burbuja, que a la vez
preocupa porque no viven (los hijos) 100% la realidad”.
A su juicio lo que más está faltando en la sociedad venezolana es
honestidad, ética y transparencia, y transmitir esos valores a su hija
la ayudará a hacer frente a la aridez del entorno.
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