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Si decidimos hacer esta segunda compra con una hipoteca, como explican los expertos de iAhorro en el blog de Fotocasa, hay que tener en cuenta que las hipotecas de primera y segunda vivienda tienen algunas diferencias sustanciales entre sí que deben tenerse en cuenta.
A quien llega a un banco a pedir un segundo préstamo hipotecario se le atribuyen una serie de características que lo diferencian de los demás como son una buena posición económica o un trabajo estable que ofrezca garantías extra. Lo normal es que la casa que quiere comprar sea para el ocio y tiempo libre. Estas segundas residencias suelen tener unas características muy similares:
Al estar dedicadas al ocio y tiempo libre, suelen estar situadas en lugares como la costa o la montaña, que resultan mucho más difíciles de vender que cualquier piso en una gran ciudad. Algo que no favorece que el banco preste su dinero de forma sencilla.
Han perdido mucho tirón desde que comenzase la crisis. Uno de los requisitos indispensables para que los ciudadanos compren este tipo de viviendas es que tengan una situación económica holgada que permita acceder a hipotecas de este tipo. En un momento en el que el dinero no sobra a las familias, una de las primeras ventas que cae es la de segundas residencias.
Adquirir una de ellas requiere un esfuerzo económico extra y no suponen una vivienda necesaria. Si la familia atravesase una mala racha económica, sería mucho más lógico dejar de pagar la segunda hipoteca de lo que lo sería hacerlo con la primera.
El resultado es una hipoteca cara
De modo que, al plantearse una hipoteca de segunda vivienda, es importante tener en cuenta que no ofrecerá las mismas garantías que la primera y que las entidades serán más reacias a conceder préstamos interesantes. Por eso, estas hipotecas reúnen una serie de características que las hacen más caras y difíciles de conseguir.
El interés que se aplica al dinero prestado aumenta. Al comparar hipotecas, el primer aspecto que llama la atención es su tipo de interés, ya que es muy probable que aquellas con el interés más bajo sean las más baratas, aunque no sea éste el único indicador. La primera señal de que este tipo de préstamos son más caros es que suelen aumentar su tipo de interés.
El plazo para saldar la deuda es menor. En un principio, esto puede ser una buena señal si el interés es muy elevado porque se pagará durante menos tiempo. Pero un plazo demasiado corto puede no ser suficiente para aquellas familias que necesiten un poco más de margen.
Se reduce la financiación máxima. Las entidades suelen financiar un importe del 80%, o incluso 90% en los mejores casos. Sin embargo, al acceder a un segundo préstamo tan solo se financiará entre el 50% y el 70%. Esto significa que comprar una casa para las vacaciones requiere tener más dinero ahorrado que sirva de colchón para poder hacerlo.
Fuente: 20minutos.es
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miércoles, 14 de enero de 2015
España: La hipoteca para una segunda residencia es otro mundo: menos accesible y más cara
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