La arquitectura es un arte que puede dar vida a construcciones que parecen salir de un sueño. Diez arquitectos pueden presumir de haber logrado poner en pie unos edificios imposibles, entre la vanguardia y la locura creativa, sin perder por ello la funcionalidad que se demanda en unas construcciones hechas para ser vividas, no solo admiradas.
Sumet Jumsai se inspiró en uno de los juguetes de su hijo para levantar este rascacielos, con forma de robot infantil que, además de ser la sede del Banco de Asia, se ha convertido en una referencia arquitectónica para la ciudad.
Podría decirse que es una casa árbol futurista creada por Jono Williams, ingeniero y diseñador gráfico. Sobre una columna de 10 metros de acero emerge la cúpula, rodeada de ventanas de policarbonato y controlada por un sistema domótico.
Este conjunto de viviendas es una obra de Piet Blom y representa un bosque de pilares de hormigón y copas con forma de cubos que giran 45o sobre su base para sostenerse sobre uno de sus ángulos. Cada casa tiene tres niveles, en total unos 100 m2.
The Longaberger es una compañía cuyo producto estrella son las cestas para picnic, de modo que decidieron convertir su sede central en una de ellas, con una base de 58 metros de largo y 38 de ancho. Lo llevaron a cabo los estudios NBBJ y Korda Nemeth Engineering.
La necesidad de construir un parking anexo a la biblioteca dio origen a una idea que pretendía unir el diseño y la literatura: su fachada representa una librería colosal repleta de coloridos libros gigantescos con títulos conocidos, como El Señor de los Anillos o Historia de dos ciudades. Es obra de cdfm2 architects.
Los arquitectos Szotyński y Zaleski se inspiraron en un cómic para levantar esta fantasía, pura distorsión de la forma cuyo interior, sin embargo, es tan práctico que acoge un centro comercial.
Es difícil destacar en una ciudad Patrimonio de la Humanidad. Los arquitectos Frank Gehry y Vlado Milunic lo consiguieron con estos dos bailarines, su personal homenaje en acero y cristal a Ginger Rogers y Fred Astaire.
Es la sede del Museo Moderner Kunst (Mumok). Lo que parece un enorme bloque de piedra muestra incrustada en la fachada una casa convencional boca abajo. La idea es del artista Erwin Wurm, quien intentaba expresar “la estrechez de mente de la vida cotidiana”.
Eric Reynolds reconvirtió una parte de la zona portuaria de Trinity Buoy Wharf en un barrio que parece un juego de Tetris, con contenedores de mercancías transformados en viviendas superpuestas que hoy son una verdadera atracción turística.
Su traducción es “Bosque en Espiral”: una construcción que reproduce los estratos de la tierra con cada una de sus 12 plantas, de distintos colores, y que culmina en una azotea cubierta por un frondoso jardín. Todo es fruto de la imaginación del arquitecto Friedensreich Hundertwasser.
Fuente: El Blog de Anida
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