Fuente: www.rutaschile.com
A principios de abril, un grupo de estudiantes de Arquitectura y Derecho manifestaron, a través de una carta que circuló por las redes sociales, su desaprobación frente a la demolición de una antigua casona ubicada en calle Brown Norte, en Ñuñoa. La acción no dejó indiferentes a vecinos y usuarios de internet, quienes rápidamente adhirieron a su causa para evitar que la casa, construida en 1937 y diseñada por el arquitecto Carlos Bresciani, fuera destruida.
Debido a que el inmueble no contaba con protección patrimonial -los usuarios esgrimían que formaba parte de la identidad de Ñuñoa-, la casa fue destruida. Este caso no es más que uno de varios que han ocurrido en diversas comunas de la capital en el último tiempo. Antiguas construcciones han sido demolidas porque no hay una medida que las proteja, aunque a simple vista puedan parecer de un gran valor arquitectónico.
Por lo mismo, es que en algunas regiones del país, como en Valparaíso o la Región Metropolitana, inmobiliarias han decidido hacer "renovaciones urbanas" en ciertos inmuebles que si bien no han sido declarados como patrimonio, forman parte de la identidad de un barrio o de una zona en particular.
En los cerros de Valparaíso esta es una técnica que se ha usado desde hace por lo menos la última década, pero en la capital no abunda este tipo de ejemplos más que algunos aislados en los barrios Brasil o Concha y Toro. No obstante, cada día se están masificando más y, sin ir más lejos, en Providencia, en el barrio Italia, ya se pueden encontrar casos como estos.
En este sector, una inmobiliaria decidió ocupar una antigua casa patrimonial, con balaustradas -situada en Los Jesuitas con Julio Prado-, para construir un edificio de cuatro pisos, compuesto por siete departamentos (ver fotografía). A pesar de que la casa no es patrimonio, la empresa conservó su primer piso para instalar una moderna construcción hacia arriba. Aunque aún faltan algunos meses para que sea entregada la obra, ya hay cinco departamentos comprados, lo que demuestra el interés de los ciudadanos por vivir en lugares como este.
"Inmobiliarias están descubriendo que hay cierto nicho de mercado, de profesionales jóvenes, que prefieren ubicarse en barrios emergentes, centrales, que por algún tipo de actividad se han hecho atractivos para vivir. Por eso están surgiendo tipologías inmobiliarias que están tratando de recuperar edificaciones existentes en esos barrios para sus clientes", explica Pablo Allard, decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad del Desarrollo (UDD).
Sin embargo, para Allard, el desafío en este tipo de situaciones radica en el equilibrio que deben conseguir estas construcciones para mantener vivo el barrio y que los vecinos puedan convivir con la nueva densificación de sus zonas. "Lo importante es velar por el bienestar entre lo que existía en el barrio y lo nuevo", advierte Allard. Lo anterior, para evitar que se produzca el fenómeno de "gentrificación", el que alude a cuando se "expulsa" u obliga a que las personas que consolidaron un barrio como tal deban irse ante el alza de los valores de sus bienes raíces.
No obstante, el académico y experto en patrimonio Jorge Atria advierte que "no es llegar y construir" sobre un inmueble histórico. "El esfuerzo que hace un arquitecto en estos casos es la puesta en valor del edificio anterior (...) cuando, por ejemplo, se usa el edificio antiguo de base, no se está trabajando con el patrimonio, sino que sobre él, lo que no es aconsejable. Sin embargo, entre hacerlo y no hacerlo, es mejor que se conserve lo antiguo", opina Atria.
Fuente: Economía y Negocios Online
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jueves, 27 de agosto de 2015
Chile: Inmobiliarias proponen nuevos proyectos de "renovación urbana" que rescatan casonas patrimoniales en distintos barrios
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