lunes, 3 de agosto de 2015

Colombia: Medellín, ciudad modelo para arquitectos de América Latina


Miquel Adriá, autor de una treintena de libros, busca generar contenidos culturales desde la arquitectura. FOTO julio césar herrera
La arquitectura es una de las disciplinas que hoy, gracias a visiones integrales, gana espacio en la transformación de las ciudades. Nos demuestra que con proyectos bien orientados, en los lugares correctos, se puede marcar el punto de partida o la continuidad en el desarrollo de cualquier comunidad.

Para Arquine, la revista de arquitectura y urbanismo más importante de Latinoamérica, Medellín es un gran referente en el continente de esa evolución, y por eso nos escogieron para organizar su congreso.

El director Arquine, Miquel Adriá, conversó con EL COLOMBIANO y nos compartió cómo logró romper esquemas con su iniciativa y a partir ahí, cambiar los enfoques de su gremio en pro de la mejoría estructural de las ciudades.

¿Cómo nace Arquine?

Fundé con unos amigos esta publicación de arquitectura, como una manera de ejercer la crítica, de estar constantemente cuestionando de qué manera se tiene que hacer la arquitectura y cómo se tiene que construir la ciudad. Al año siguiente, Arquine convocó el primer concurso internacional, para crear la cultura de que todos tenemos el derecho de expresar nuestras propuestas; sorpresivamente, este concurso se convirtió en un referente. Después, juntamos a expertos mundiales y empezamos a compartir sus ideas y proyectos y así fue como nació el primer congreso Arquine, el cual, 14 años después, es el más importante del sector en toda latinoamérica. Nuestro último logro, el paso más reciente, fue el Festival de Arquitectura y Ciudad Mextrópoli, un evento que convoca a más de 20.000 personas, para 60 actividades distintas. Mextrópoli ya va para su tercera edición”.

Y ya Arquine es toda una plataforma multimodal...

“Lo defines muy bien; es una plataforma de construcción de cultura alrededor de la arquitectura y la ciudad. Tenemos programa de radio, más de 100 libros, página web, el congreso, el festival y, por supuesto, la revista”.

¿Cómo le ha ido a Arquine en su incursión académica?

“Nosotros nos dimos cuenta en México que la mayoría de escuelas de arquitectura tenían un nivel académico suficiente y que la mayor parte de los egresados que tenían curiosidad y que querían desarrollar proyectos innovadores, tenían que emigrar a otros países de Europa o a Estados Unidos, para encontrar ese nivel que les ayudaba a alcanzar un mayor conocimiento y experiencia. Desde ese análisis que hicimos, viendo que el mercado necesitaba esos programas y que no todos se podían dar el lujo de irse un año o dos a universidades en el extranjero, decidimos ofrecer programas de esa calidad. A la hora de construir una cultura, el tema de la formación nos pareció relevante y empezamos a generar una serie de programas de posgrado, en colaboración con la Universidad Politécnica de Cataluña, mi alma máter”.

¿Qué le vieron a Medellín para que tuviéramos el honor de ser la ciudad sede del congreso?
“En realidad, el honor es nuestro. Para nosotros Medellín es un modelo que reiteradamente exponemos en Arquine, sea a través de la revista, las demás publicaciones, los estudios de posgrado o los eventos. La transformación de esta ciudad se ha convertido en un referente para el resto de Latinoamérica. Lograron pasar de ser la capital del narcotráfico, con altos índices de violencia y con una periferia descontrolada, a usar estrategias de transformación a través de la arquitectura, el diseño urbano y la cultura. Esto lo deberían estar haciendo todas las ciudades y ustedes en Medellín nos iluminaron. Teniendo como base esa generación de espacios públicos, cambiaron la morfología urbana. Ustedes son una gran lección que nos han dado. Para nosotros, tener el primer congreso de Arquine de Colombia en Medellín, es muy significativo”.

Uno de los proyectos más ambiciosos que hoy se adelanta en Medellín, es Parques del Río ¿Lo conoce?

“No lo conozco a fondo para poder opinar con propiedad, pero se que en otras ciudades del mundo rescatan el río para convertirlo en parques lineales; en principio es una buena idea porque todo lo que tenga que ver con la reparación de una cuenca fluvial es una necesidad y hay que llevarlo acabo. Sin embargo, no hay que olvidar que este tipo de transformaciones requieren mucho tiempo, esfuerzo y recursos, y no se si estén trabajando en las condiciones para llevar a cabo esta obra a largo plazo. El efecto beneficioso se va a demorar. Ojalá haya habido un buen consenso con la comunidad, para poder desarrollar esto a largo plazo”.

Finalmente, ¿qué consejo le da a los jóvenes estudiantes de arquitectura?

“¡Sean curiosos! No nos crean a la primera, cuestionen, viajen. No se dejen engañar, lean mucho y traten de entender por qué los que pasaron antes hicieron lo que hicieron para transformar la ciudad. La mejor manera de vivir la arquitectura, es cuestionándola”.

Fuente: El Colombiano

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