Cuanto mejor aspecto tenga, cuanto más cuidada esté y más nueva parezca, más posibilidades tendrá el propietario de lograr una venta rápida y con el mayor beneficio. En la decisión de compra de un inmueble, las emociones juegan un papel esencial, por eso es determinante trabajar para que las primeras impresiones sean positivas.
Y aquí nos enfrentaremos a un dilema: ¿cuánto debo gastarme para aumentar el valor de mi vivienda? Dependerá de la capacidad de inversión que tengas y de las expectativas con que afrontes la venta. Te proponemos dos planes de actuación: uno económico y otro más ambicioso.
1. Económico: un buen lavado de cara
Ofrecer una buena imagen de tu vivienda puede depender tan solo de detalles y de llevar a cabo obras menores. Por ejemplo:
- Cuida la iluminación. Todas las bombillas deben funcionar, sin zonas de sombra y se recomiendan las que aportan tonalidades claras. Elimina obstáculos frente a las ventanas para que entre toda la luz natural posible.
- Suelos bien mantenidos y pulidos. Ceras, cepillados industriales, barnizados… Este tipo de actuaciones no tienen un gran coste y dan una imagen cuidada del entorno.
- Arregla todos los desperfectos que queden a la vista. ¡Cuida los detalles!
- Pinta tú mismo la casa, es preferible que sea con colores neutros, para aumentar la luminosidad y la sensación de limpieza y conservación.
- La cocina y los baños son fundamentales. Sería conveniente pintar los azulejos o las juntas, arreglar los muebles (por ejemplo, cambia los tiradores o barnízalos), cambiar la cortina de baño o la tapa del inodoro.
- Retira los muebles deteriorados y coloca plantas para aportar un ambiente fresco.
2. Ambicioso: inversión con retorno
Un estudio realizado el año pasado por Tinsa Certify llega a la conclusión de que una rehabilitación general de la vivienda puede aumentar su revalorización un 25%. Es decir, si consideramos que podríamos vender la casa en 200.000 euros, una inversión de 10.000 o 15.000 euros en mejoras puede suponer un incremento de 50.000 más en la operación de venta.
Las líneas de actuación serán las mismas que en la propuesta económica solo que, en este caso, las reformas serán más profundas y precisas:
- Ganar espacio y luz, dos características esenciales. Tal vez se pueda conseguir eliminando algún tabique de la vivienda para hacer estancias más amplias y diáfanas.
- Estudiar cuál es el tipo de vivienda que más se demanda en la zona donde vives para, quizá, plantearse aumentar o disminuir el número de habitaciones.
- Reformar cocina y baños cambiando paredes y suelos, sustituye los sanitarios y transforma bañeras en platos de ducha modernos. Incluso se podría eliminar uno de los baños, si es un aseo pequeño o poco utilizado, y así se ganará espacio para otras estancias.
- Las puertas son un elemento visible y esencial para la imagen del entorno: píntalas o lácalas, y sustituye los tiradores.
- Si el suelo está deteriorado, pero es madera natural, bastará un acuchillado y barnizado. En otros casos, los nuevos sistemas de tarima o los vinilos apenas suponen obra y son una solución para su renovación completa.
- Mejorar la eficiencia energética. Puedes empezar por los cerramientos (ventanas) y seguir con los aislantes en los muros de las fachadas. Eso supondrá un ahorro muy atractivo para el próximo propietario.
Fuente: elblogde anida.com
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