miércoles, 3 de diciembre de 2014

China: La "clase Sandwich"

AFP Distrito de Admiralty, Hong Kong Esta semana el jefe ejecutivo de Hong Kong CY Leung, máxima autoridad política de la ex colonia británica, anunció la intención de construir viviendas públicas para lo que aquí se conoce como la «clase Sandwich». Esta medida, que ya fue tomada a finales de los 90, pretende facilitar el acceso a una vivienda a un elevado grupo de población que, sin tener un nivel de renta lo suficientemente bajo para beneficiarse de las políticas de vivienda pública promovidas por el Gobierno, no pueden acceder a un mercado, el inmobiliario, que pasa por ser el mas caro del mundo.

Con una tasa de desempleo que a penas llega al 3%, Hong Kong podría parecer un lugar idílico para vivir. Sin embargo, no es así. Esta Región Administrativa Especial de China es el territorio con mayor desigualdad económica entre los países desarrollados. Cuenta con ochenta y dos multimillonarios, entre ellos la primera fortuna de Asia y la octava del mundo, el magnate Li Ka-shing, pero tiene casi un millón y medio de personas viviendo por debajo del umbral de la pobreza. Y eso, en una población de poco mas de siete millones de habitantes, es un porcentaje muy elevado.

Uno de los focos que mayor desigualdad produce es el acceso a la vivienda, y a ello han contribuido varios factores. El primero es de índole geográfica. Hong Kong está formado por 265 islas, muchas de ellas inhabitables, la península de Kowloon y los denominados «Nuevos Territorios», que es la parte que China continental cedió a Hong Kong en 1899 porque ya por aquel entonces la falta de espacio suponía un problema. Su orografía es una sucesión continua de colinas, montañas y reservas naturales que limitan el espacio a habitar a menos de la cuarta parte de su extensión total.

El segundo factor determinante es la densidad de población. El número de habitantes de Hong Kong lleva años creciendo, a pesar de tener una de las tasas de natalidad mas bajas del mundo, impulsado sobre todo por el constante flujo de gente que se instala en el territorio proveniente de la China continental, creando retos constantes para las políticas gubernamentales en materia de vivienda.

Por último, la especulación. La condición de paraíso fiscal y de centro financiero de primer orden a nivel mundial, hacen de Hong Kong un lugar en el que el flujo de capital es constante, y la compra de vivienda ha sido aquí tambien considerada como la mejor manera de inversión. Los precios de los alquileres son desorbitados y el mercado está en continuo movimiento debido en parte al gran número de habitantes «temporales» que suponen los trabajadores de las multitud de empresas internacionales que tienen en Hong Kong su centro de operaciones para Asia. No es raro que al tratar de renovar el contrato de alquiler, normalmente anual, el propietario te sorprenda con un incremento de la renta que puede llegar a los 400 euros al mes.

Todo esto hace que poseer una vivienda sea utópico para la gran mayoría de la población. La brecha entre las clase alta, muy alta y el resto de la población es enorme y se va agrandando a pasos agigantados, hasta tragarse a la clase media, que a penas existe en esta ciudad. Familias con sueldos que en cualquier otra sociedad les permitiría ser de clase acomodada, dependen de las ayudas del Gobierno para poder acceder a una casa propia. Es la frustración de la clase sandwich o, como se les denomina en chino: caracoles sin concha.
Fuente:ABC.es

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