La planeación de gastos, asignación de presupuestos y el consumo responsable son hábitos que le favorecerán en su objetivo de ahorrar dinero y mejorar su situación financiera. Desafortunadamente, los malos hábitos son prácticas difíciles de dejar. Acostumbrados a estas rutinas, volvemos a ellas sin siquiera darnos cuenta y terminamos por menoscabar los esfuerzos realizados.
De cualquier forma, esta no es una razón para bajar los brazos. Lo que ocurre es que nuestra mente se apega hacia lo que le es familiar, y entonces podemos utilizar esta característica a nuestro favor. Los siguientes trucos psicológicos para ahorrar dinero tienen la capacidad de reprogramar nuestra mentalidad financiera, mejorando nuestra disposición para cuidar el dinero.
1. Diseñe recordatorios visuales. Recuérdese a sí mismo sus principales objetivos por medio de palabras o imágenes representativas. Trate de hacerlos lo más llamativos posible y de tal forma que le evoquen sensaciones positivas. Ubique estas notas en lugares estratégicos, de manera que no pueda evitar mirarlas a lo largo del día. Puede pegarlas, por ejemplo, en distintas habitaciones de su casa o usarlos como fondo de pantalla de su ordenador. Si después de un tiempo nota que presta menos atención a sus recordatorios, cámbielos de lugar. Lo importante es que nunca deje de pensar en la razón de sus esfuerzos.
2. Calcule el costo de sus necesidades básicas. Considere los gastos esenciales que debe pagar durante un mes, tomando en cuenta todo lo que necesita para vivir adecuadamente: comida, servicios, renta, transporte, incluso algunos gustos no muy costosos. Trate de efectuar el cálculo de manera que el resultado sea lo más bajo posible, pero razonablemente completo. Esta es la cantidad de dinero con la que usted podría estar viviendo. Este número deberá aprendérselo, llevarlo consigo a donde quiera que vaya, o incluso agregarlo a sus recordatorios del punto anterior. Cada mes será consciente de la diferencia entre sus gastos reales y esta cantidad, y deseará automáticamente corregir sus hábitos.
3. Utilice efectivo para pagar. Acostúmbrese a emplear sus tarjetas sólo cuando se trate de pagos demasiado elevados como para llevar el efectivo con usted. En cualquier otro caso, deje el plástico en casa. Cuando pasa una tarjeta por una terminal, no se queda con la sensación de pérdida; al fin y al cabo, la tarjeta vuelve a su billetera. Si paga en efectivo será más consciente del gasto que está realizando. Observar a otra persona quedarse con su dinero le producirá un impacto más profundo, y lo pensará mejor antes de realizar compras innecesarias.
4. Espere dos días antes de comprar un artículo no esencial. Las compras de productos básicos no se deben ver afectadas, por supuesto, pero cada vez que tenga la intención de adquirir un artículo por cualquier otra razón, permítase pensarlo de nuevo. No importa cuán convencido se sienta de que puede permitirse el gasto, acostúmbrese a esperar un par de días antes de efectuar la compra. En más de una ocasión se dará cuenta de que su deseo de compra era solo un impulso y que prefiere ahorrar el dinero para mejores objetivos.
5. Realice actividades en exteriores. Pocos hábitos son tan económicos como las actividades al aire libre. Puede practicar deportes en equipo, dar paseos con su pareja o jugar con su mascota en un parque. Además de evitarse gastos, estas actividades son un truco psicológico: cuando nos sentimos solos, gastamos más en nosotros. Sin afectar la magnitud de sus metas financieras, encuentre la forma de tener una vida plena y permanecer rodeado de las personas que aprecia. Después de todo, esto solo le facilitará el camino.
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