Somos emprendedores, y nos gusta iniciar nuevos proyectos, y hacer realidad a esas ideas que se han ido fraguando en nuestro subconsciente, hasta que afloran, sin dejarnos descansar, haciendo que pensemos constantemente en ellas.
Somos inquietos, y siempre estamos al acecho de nuevas oportunidades de crecimiento personal, y profesional.
El camino a recorrer, muchas veces es más sencillo, si se emprende acompañado, pues el apoyo de otras personas puede ser clave, para el éxito de nuestros proyectos, e iniciativas.
En el momento del planteamiento de un proyecto, los emprendedores nos ilusionamos de corazón, y es en ese preciso momento, en el que cometemos las mayores locuras.
Un buen proyecto, para que llegue a ser exitoso, necesita de un buen plan de acción, detallado, y estrategicamente estructurado. De nada sirve lanzar palomas al vuelo, sin tener marcada una ruta ni unas metas.
Ese camino hacia el éxito, muchas veces lo empezamos acompañados, por alguien, que suponemos será nuestro apoyo, soporte, y que añadirá valor al duro camino hacia la cima.
Debemos tener muy en cuenta al asociarnos con otras personas, algunos puntos vitales, que nos evitarán desilusiones, y fracasos en nuestra ruta.
Tener un buen socio de negocios, significa compartir detalles muy íntimos de nuestra vida como emprendedores, y dar la confianza absoluta a esas personas, con las que deberemos ir de la mano, durante un largo proceso de cambios, y retos.
Es de máxima importancia sentar unas buenas bases, antes de aceptar un socio de negocios.
Estas son claves, para analizar antes de tirarnos al ruedo, y empezar a trabajar. Serán los cimientos de lo que podría ser un negocio exitoso, o por el contrario, lo que podría llevarnos a un desastre económico, y a la ruptura de una relación con otras personas.
En el momento de iniciar, todo son muy buenas voluntades, y mientras haya dinero, nunca habrán problemas. Los problemas vienen, en los momentos delicados, y en los que se debe dar un golpe de timón, o tomar decisiones que afectan seriamente a ambas partes.
. Debemos estar en las buenas y también en las malas.
Clave 1.- Saber exactamente cuál es el cometido de cada integrante del proyecto
Existen diferentes tipos de socios; socios capitalistas, socios de ejecución, socios asesores. Marcar desde el primer momento las tareas y responsabilidades de cada integrante del grupo, dejará en claro, y sin malas interpretaciones, las actividades posteriores a realizar. En el momento que se ha llegado a la conclusión de esas responsabilidades, las partes deben redactar un escrito con las responsabilidades de cada uno, y previa revisión, firmar el resumen con todas las características, para que en un futuro, podamos recordar y seguir las mismas.
Clave 2.- Analizar los niveles de madurez emocional y profesional, de nuestro futuro socio de negocios.
Un nuevo proyecto lleva consigo muchos retos hasta la apertura de un mercado o nicho, y llegar a la estabilización. Nuestro socio de negocios, debe tener la capacidad de hacer su trabajo en ocasiones y circunstancias bajo presión, ser capaz de tener una fuerte motivación, ser proactivo, y complementar varias tareas a la vez. Si crees que deberás trabajar mucho más que esa persona, o esa persona mucho más que tu, no sigas adelante, los proyectos con socios son como un juego en equipo, no un juego de individualidades.
Clave 3.- Conocer a la persona que hemos decidido que sea nuestro socio de negocios
Debemos conocer la trayectoria profesional de nuestro futuro socio de negocios. De nada nos sirve si la persona con la que pretendemos asociarnos, en el caso de ser un socio de negocios, que nos acompaña en la ejecución, no tiene ninguna experiencia en tipos de procesos, o proyectos como el que estamos iniciando.
Buscar información referente a esta persona, o pedirle referencias e informes, no significa desconfiar, sino construir unos cimientos sólidos, y va a demostrar que nos tomamos muy en serio nuestro trabajo, a la vez que daremos sensación de seriedad delante de nuestro futuro socio de negocios.
Clave 4.- Conocer la reputación de nuestro futuro socio de negocios
Una buena trayectoria profesional, nunca será suficiente si a lo largo de su carrera ha ido dejando cadáveres por el camino. La reputación de una persona, puede abrirnos o cerrarnos puertas. Recuerda la frase
.
El éxito reside en rodearnos de personas que nos influyan positivamente.
Informarnos detalladamente, nos evitará sorpresas futuras. Nadie está a salvo de las críticas, ni de las envidias, por lo que puede que no todas las personas tengan una buena opinión a cerca de tu futuro socio de negocios. Vas a tener que separar el trigo de la paja, y conocer las informaciones veraces, y reales, y no los comentarios de algunos mal intencionados, que lo único que pretenden es que tu proyecto no sea exitoso. Existen muchas personas que disfrutan, hablando mal de otras personas.
Clave 5.- Empatizar con el futuro socio de negocios.
Es de gran ayuda escoger, o preferir a alguien con el que se tiene buena empatía. El tema del “feeling” sí funciona en estos contextos. Escoge a un socio de negocios con el que te lleves bien, y con quien tengas confianza. Aunque una cosa es llevarse bien, y otra muy distinta es tener complicidad. Tener una buena amistad por sí solo no va a garantizar el éxito de la campañía. tampoco debemos confundir empatía o simpatía por admiración profesional.
Es necesario buscar a alguien que nos complemente. Buscar a un socio de negocios que realmente no aporte nada, es de todas maneras desaconsejable. Las fuerzas deben estar equilibradas, y las cuentas deben estar muy claras.
Tolerancia, respeto y confianza son claves para que una sociedad, igual que un matrimonio, perdure en el tiempo.Antes de nada, es muy recomendable una temporada de noviazgo para conocer si funcionarán bien. Y, si el noviazgo no funciona, ¿para qué casarse?
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