A grandes rasgos, nuestra vida puede dividirse en dos actividades principales: trabajo y vida personal. Ambas partes son fundamentales para nuestro desarrollo como personas y requieren nuestro constante interés.
Sería incorrecto vivir dedicándose solamente al trabajo, porque entonces careceríamos de metas personales y seguramente nos encontraríamos con un vacío emocional. Tampoco podríamos considerar al trabajo solo como una actividad secundaria, pues nuestras ocupaciones definen una parte importante de nuestra identidad. Una vida plena requiere de emociones positivas en ambas ramas y por eso necesitamos encontrar el equilibrio ideal entre el trabajo y la vida personal.
Definir este equilibrio perfecto es una tarea que cada persona debe efectuar individualmente. Son diversos los factores que intervienen en el tiempo que se debe dedicar a cada parte de su vida y estos pueden cambiar con el tiempo.
Si usted es casado o soltero, si tiene hijos, cuánto frecuenta a sus amigos, su cantidad de ingresos actuales, todo debe tomarse en cuenta para establecer un adecuado balance en su vida. Circunstancias como la etapa final de un proyecto o el padecimiento de una enfermedad en la familia pueden ser temporales, pero igualmente importantes.
En muchos casos, las condiciones de su empleo son el factor más considerado para tratar de establecer los horarios cotidianos. Cuando se es empleado, es posible dedicar las horas de la jornada laboral al oficio, para dedicarse posteriormente a su vida personal. De cualquier forma, muchos trabajadores deciden o necesitan llevar trabajo a casa, dificultando la separación de sus actividades.
Cuando se es emprendedor, la línea es aún más difusa. La cantidad de tareas por realizar puede ser abrumadora, y la sensación de que siempre queda algo por hacer parece no desaparecer nunca. Identificar el momento de tomarse un respiro puede requerir de un esfuerzo mayor.
Para evitar que dedique demasiado tiempo a su puesto laboral, tome en cuenta que no está solo. La presencia de equipos es imprescindible en todos los aspectos de su vida. Dividir las tareas con su equipo de trabajo y delegar a sus empleados le proporcionará más tiempo libre. Además, su familia y amigos conforman también equipos a los que pertenece y que merecen su atención constante.
Evite tratar de conseguir resultados perfectos. El perfeccionismo es enemigo del tiempo, pues lo consume sin que usted pueda obtener rendimientos impecables. Además, otro error común consiste en decidir que trabajará todo el día durante un tiempo, hasta terminar la etapa del proyecto en el que se encuentra. Deshágase de esta idea, porque siempre encontrará algo más que hacer y descuidará durante mucho tiempo los aspectos importantes de su vida personal.
Si considera que tiene dificultades para dejar de trabajar demasiadas horas, puede intentar establecer un plan más concreto sobre sus horarios. Programe sus actividades diarias, definiendo horas específicas para iniciar su tiempo personal. Establezca compromisos y cúmplalos cabalmente. Para evitar cambios demasiado bruscos, puede disminuir gradualmente sus horas de trabajo.
Aunque es recomendable establecer horarios, permítase ser flexible. Considere sus prioridades cuando estas surjan y atiéndalas adecuadamente. Además de su familia y amigos, no olvide darse tiempo a sí mismo. Las actividades como meditación, el ejercicio físico o tener un hobby personal le proporcionarán mayores alegrías, mejores emociones y la sensación de plenitud que usted necesita.
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