Una de las primeras tareas que deberá contemplar el nuevo Gobierno en su agenda es el reajuste de los precios de los alimentos básicos regulados desde hace más de 18 meses, así como los precios máximos de venta controlados a 19 productos (alimentos, aseo personal e higiene del hogar) por la Sundecop .
"El Gobierno tiene que darle prioridad a los reajustes de precios", comentó Roger Figueroa, presidente ejecutivo de la Cámara Venezolana de Industrias Lácteas (Cavilac), ente que además agrupa a las industrias pasteurizadoras de jugo. Esta es la expectativa de la agroindustria desde hace más de seis meses con relación a los alimentos regulados a través del proceso de control vigente desde hace más de 10 años.
El caso es que a lo largo de 2012, apenas se aprobaron incrementos en los precios de cuatro productos: el azúcar en enero; en diciembre se reajustaron los precios finales del café, arroz y la harina de trigo. Esto significa que hay alimentos que tienen más de dos años con el mismo precio fijado en Gaceta.
En cuanto a los productos cuyo precio máximo está fijado por la Sundecop , los mismos ya tienen más de un año sin cambios, a pesar de la promesas de hacer revisiones periódicas.
Estos largos períodos sin cambios en el precio final generan serios problemas en los costos de producción. "Tenemos un fuerte rezago; se pierde Bs. 2,50 por cada kilo de pasta regulada que se procesa", dijo hace un mes Simón Nobile, presidente ejecutivo de la Asociación Venezolana de Fabricantes de Pastas Alimenticias (Avepastas).
"El jugo pasteurizado ya tiene 18 meses con el mismo precio de venta", agregó Figueroa, quien atribuye a esto el que la variedad de presentaciones de jugo haya mermado en las neveras de los expendios.
Costos disparados
La agroindustria asegura que en los dos últimos años han tenido que afrontar dos incrementos de salarios a través de las contrataciones colectivas o por vía de salario mínimo, dos aumentos de costos a través de la Unidad Tributaria, alzas en los precios de la materia prima e insumos, transporte y fletes, así como de los empaques para los productos.
A esto se unen las consecuencias de la devaluación de la moneda decretada en febrero por el Gobierno, la cual incrementó aún más los costos de producción; más los gastos que generan los retrasos en las liquidaciones de las divisas, así como los que generará a partir de mayo la reducción de la jornada laboral con la aplicación de la Ley del trabajo.
En varias ocasiones, Pablo Baraybar, presidente de la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea) ha manifestado que los controles de precios deben ser flexibles y los reajustes deben hacerse en la misma medida que suben los costos.
Fuente: El Mundo Economia&negocios
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