La banca vuelve a dar hipotecas por más del 100% del valor en sus pisos
Los bancos han elevado su ofensiva para reducir el volumen de inmuebles en
sus balances, fruto de las adjudicaciones de impagos de sus clientes,
principalmente compañías inmobiliarias. Las entidades vuelven a dar hipotecas
con un importe superior al 100% del precio o del valor de tasación.
Esta práctica, dirigida exclusivamente para la venta de sus inmuebles, está
siendo aplicada, entre otros por BBVA, Popular y Sabadell, y sirve para que los
compradores puedan hacer frente a los gastos de impuestos, notaría y registro,
que de media suponen un 10% adicional. Es decir, que no es necesario contar con
ahorros para poder adquirir un piso.
Hasta ahora sólo el Popular ofrecía estas condiciones, pero en los últimos
meses esta política se está extendiendo. Aunque de manera oficial las entidades
ofrecen créditos hasta alcanzar el valor de la vivienda, en las oficinas se
permite otorgar líneas de financiación superiores. En muchos casos asciende al
110% y en algunos llega al 115%.
Las hipotecas por más del 100% dependen, no obstante, de la capacidad y
solvencia y no son operaciones generalizadas, pero sirven para que los bancos
suelten lastre inmobiliario y capten nuevos clientes vinculados a través de la
contratación de otros productos.
Ventajas por provisiones
La mayor facilidad de acceso al crédito, unido a las ofertas con rebajas en
el precio de los pisos, que llegan hasta un 60 o 70% sobre los libros, ha
reactivado ligeramente el mercado. Las provisiones exigidas por el Gobierno para
cubrir pérdidas y la bajada del valor permiten a las entidades ampliar su
capacidad de actuación. En este sentido, al sector se beneficia de las ventas
con la liberación de provisiones, ya que éstas son más elevadas por tenencia de
un inmueble que por la concesión de un crédito con garantías a clientes
solventes.
Los expertos sostienen que los riesgos de una financiación elevada son
limitados, al no ser una política generalizada, pero también que este fenómeno
supone un cambio de estrategia que recuerda al boom, cuando la banca otorgaba
con alegría préstamos sin establecer una rigurosa política de riesgos.
Hasta el año 2008, el sector español ofrecían no sólo un crédito por el valor
del piso más los gastos impositivos y administrativos, sino que el importe
servía a los clientes para financiar obras, muebles, etc.
En la actualidad, bancos y cajas no prestan dinero para estos cometidos a
priori, aunque también en función de la solvencia de cada persona pueden
conceder otro crédito, denominado personal o de consumo, que está vinculado a
una cuenta.
Los esfuerzos de la banca, tanto sana como en dificultades, son cada vez
mayores para reducir el stock inmobiliario. En la recta final de año el sector
quiere aprovechar las ventajas fiscales. Hasta el 31 de diciembre el comprador
de un piso contará con la deducción fiscal correspondiente y a partir de
entonces el IVA por adquisición se eleva del 4 al 10$.
Además de las ofertas especiales en precio -algunas entidades ofrecen
viviendas desde 20.000 euros-, los tipos de interés que lleva aparejada la
financiación es mucho más atractiva para sus pisos que para viviendas de
terceros. En este último caso, el grifo permanece prácticamente cerrado y las
exigencias son muy difíciles de cumplir, como disponer al menos de un 35% del
valor de la vivienda.
Para su stock, las tasas de interés pueden representar la mitad que para el
resto de hipotecas. Los diferenciales sobre el euribor pueden bajar hasta el
0,9%, como en el caso de Bankia. Además, las comisiones de apertura o
amortización desaparecen e, incluso, el número de productos vinculados disminuye
sustancialmente (seguros de vida, gastos con tarjeta, etc), al igual que unos
plazos de vencimientos más amplios, que llegan a los 40 años.
Mercado deprimido
A pesar de las mejores condiciones, el volumen de viviendas en manos de la
banca no para de crecer por el aumento de la morosidad. Aunque las ventas en los
últimos meses están aumentando, es mayor la entrega a cambio de una deuda y las
ejecuciones. Así, en el primer semestre del año el volumen de inmuebles en manos
de las entidades ascendía a más de 85.000 millones, un 15% más que a cierre del
ejercicio pasado. Del total, dos tercios son viviendas de promotores y
particulares, mientras que el resto es suelo.
Las dificultades económicas y las previsiones de mayores bajadas en los
precios está retrasando el despegue del sector inmobiliario. Los ciudadanos
esperan a tener mejores condiciones para invertir en un piso. Según las
estadísticas oficiales del INE, el volumen de hipotecas descendió en septiembre
un 14% interanual. En concreto, se registraron 22.000 créditos para la
adquisición de una vivienda.
El sector confía en que el inicio de las operaciones del banco malo reactive
el mercado, ya que la competencia con las entidades sanas se acrecentará por el
interés de esta institución de deshacerse cuanto antes de los activos
tóxicos.
El importe medio de las hipotecas también está en caída libre y apenas la
media de la financiación supera los 102.000 euros, frente a los 150.000 euros
del boom
Fuente: elEconomista.es
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