miércoles, 22 de mayo de 2013

INTERNACIONALES: ARGENTINA

Ladrillos “vestidos de patacones”: anticipan si el “dólar Cedin” reactivará la venta de viviendas

 
El nuevo bono que vendrá con el blanqueo ya despierta amores y odios entre los referentes del negocio. ¿Por qué los títulos son poco convenientes para quienes encaren una construcción? La opinión de ejecutivos sobre la importancia de la nueva “cuasimoneda”
Pasaron algunos días del anuncio oficial en el que se hiciera referencia al próximo nacimiento de los certificados de depósito inmobiliario (Cedin), que forman parte del plan del Gobierno para facilitar el blanqueo de dólares por parte de los argentinos.
Al igual que lo sucedido en el plano político y económico, la medida ya ha generado opiniones muy divergentes en el sector del ladrillo.
Algunos desarrolladores y comercializadores ven a estos títulos, o “cuasimonedas”, como unaoportunidad para vigorizar en algo una actividad que viene en franco declive.
Otros, en cambio, tildan a la iniciativa como un mero artilugio para aplacar las quejas de los empresarios del rubro.
En lo que sí hay cierto consenso es que si bien la implementación de estos títulos puede ayudar, la misma estará muy lejos de generar un boom reactivante.
Además, señalan que este recurso no contribuye demasiado a quienes se proponen concretar algún tipo de edificación.
“Para la compra de propiedades, el mecanismo está bastante claro. Pero, en lo que hace a construir, ¿quién se desprenderá de dólares para luego venderlos a un valor menor al del blue y luego pagar materiales en pesos?, se preguntó uno de los ejecutivos consultados.
Su cuestionamiento viene a ser parte de uno de los grandes interrogantes que se plantean hoy día.
Y esto es así porque, a medida que va avanzando la obra -y con la certificación correspondiente-a cambio del Cedin, el banco le dará al particular parte de los dólares que depositó en elblanqueo, de tal manera que pueda ir cubriendo los costos del emprendimiento.
Aquí se presenta un gran problema, porque si necesita pesos para pagar proveedores y salarios, deberá cambiar esos dólares por moneda local. ¿A qué tipo de cambio? A uno que se ubicarápor debajo de la cotización del blue, lo que le implicaría reconocer una pérdida (asociada al “costo” del blanqueo).
Una alternativa es que conserve los dólares pero, en ese caso, se encontraría en dificultades para financiar la construcción.
En buen romance, las edificaciones de viviendas están asociadas irremediablemente a unapérdida cambiaria. Es por eso que se estima que, si este punto no se resuelve, habrá pocas operaciones de blanqueo para nuevas construcciones.
Un consultor, también en off the record, expuso ante este medio una mirada similar: “Para la construcción la ventaja es muy limitada. Lo que parece proponer el Gobierno, es la creación de un mercado secundario para la compraventa de Cedines, algo que resulta bastante lejano para la mayoría de los particulares”.
Existen, además, otros interrogantes, que van más allá de las nuevas construcciones y están vinculados directamente con la compra de viviendas nuevas o usadas.
“Una de las grandes dudas es cuántos evasores estarán dispuestos a cambiar dólares por Cedines. La segunda, es si quien esté en condiciones de vender un inmueble aceptará -ante la sola presencia de escribano público- escriturar con estos títulos en la mesa y no con dólares”, afirmó el economista Tomás Bulat.
“Seamos sinceros -agregó el analista-, estas diferencias de confianza se suelen saldar mediante el precio. Así es como un departamento de u$s100.000 podría pasar a valer entre 110.000 o115.000 cedines”.
Una visión un poco más alentadora la dieron algunas inmobiliarias, que se ilusionan con que este nuevo bono -al que algunos llaman “patacón dolarizado”- ayude en algo a resolver el bajón que atraviesa el sector.
“La mirada es positiva en cuanto a que se haya planteado al menos un proyecto. Una vez reglamentado, debería estar acompañado de reglas claras y seguridad jurídica que reviertan la actual desconfianza e incertidumbre”, sostuvo Roberto Arévalo, presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina.
Por lo pronto, la entrada en escena de los cedines dio origen a posturas bien diferenciadasdentro de la propia actividad. Un sondeo de Reporte Inmobiliario mostró a las claras los distintos matices e interpretaciones por parte de voces muy referentes del rubro del ladrillo.
Mercado “necesitado” de buenas noticias
Del lado de los “adherentes” al proyecto impulsado por el Gobierno se ubica Ezequiel Camps, director de Intecons.
El directivo no dudó en tildar a la aparición de los Cedines como “muy positiva”, dado que es una manera de que “el Estado se ocupe de incentivar, mediante acciones e instrumentos a su alcance, la actividad inmobiliaria”.
Una visión similar es la de Alberto Fernández Prieto, titular de la firma homónima, que calificó a la propuesta como acertada: “Se trata de una medida favorable para los desarrolladores, ya que tendrá impacto directo en la generación de empleo y en la motorización económica del sector”, aseguró.
Gervasio Ruiz de Gopegui, director de New Fidu y secretario de la Asociación de Profesores de Programas Inmobiliarios (APPI), también expuso una mirada optimista -aunque con ciertos recaudos- acerca de los Cedines.
“Más allá del juicio de valor que uno pueda hacer acerca de la legitimidad moral de un blanqueo, es innegable que los Cedines tendrán impacto sobre una industria que se encuentra entre las más afectadas por el cepo cambiario”, sostuvo.
De todos modos, el especialista consideró que se requiere además de otras iniciativasimpulsoras, como una moneda de ajuste, mejores condiciones de financiamiento para el público e incentivos fiscales para la construcción.
Diego Migliorisi, de la inmobiliaria homónima, también señaló como positivo el plan presentado por el Gobierno: “Creo que puede fomentar nuevas inversiones”.
Poco entusiasmo
Claro que también están quienes no se entusiasman demasiado con estos anuncios ni con la llegada de los nuevos títulos.
Para Francisco Altgelt, socio de Altgelt Negocios Inmobiliarios, “los Cedines no reactivarán el mercado”. Su visión es que para que el sector cobre impulso se requiere que ayude la economía del país y que exista una mayor seguridad jurídica.
Mario Gómez, director de Le Bleu Negocios Inmobiliarios, no ocultó su escepticismo: “Creo que los inmobiliarios estamos demasiado necesitados de buenas noticias. Y eso nos hace vulnerables al canto de las sirenas”.
El directivo recalcó que “los dueños de inmuebles querrán desprenderse de sus propiedades acambio de dólares. Y sólo recibirán Cedines si están seguros de que pueden ir al Banco Central a cambiarlos por billetes”.
En lo que hace al impacto en el plano cambiario, sostuvo: “Si se puede blanquear sólo dólares se corre el riesgo de que se cree una presión alcista sobre el paralelo, consecuencia de queaquellos que tienen pesos decidan cambiarlos por billetes verdes para sumarse así al blanqueo”.
Bulat aportó una mirada similar: “Quienes hoy tienen pesos en negro y no dólares, está claro que si los quieren blanquear tienen que conseguir antes esas divisas, tarea que sólo pueden hacer pasando por el mercado ilegal”.
“Por eso -estimó-, en los próximos meses la demanda del blue-ilegal podría subir para formar parte del dólar blue-oficial”.
Desde Baresa su gerente general, Fernando Caminal, acercó una visión poco optimista respecto del efecto que tendrán los Cedines en el mercado del ladrillo.
“Es un instrumento que va a ser de poco volumen y, por ende, poco efectivo para impulsar al mercado. Tendrá un efecto muy pobre sobre toda la actividad, sin tener a ningún segmento como protagonista”, auguró.
Del lado de la Asociación de Empresarios de la Vivienda (AEV) su presidente, Gustavo Llambías,ató la suerte de estos “patacones dolarizados” al humor que hoy rodea a la economía.
“En el contexto de desconfianza que impera en materia de políticas económicas oficiales -con reflejo directo en la cotización del dólar paralelo- no creo que el instrumento tenga un peso significativo en la actividad”, declaró.
Además, Llambías sostuvo que este tipo de mecanismos orientados al blanqueo “premia a quienes incumplen sus obligaciones”.
Una opción que beneficia a pocos
Consultado sobre los argumentos que circulan en el mercado, José Rozados, CEO de Reporte Inmobiliario, sostuvo a iProfesional que “lo único claro es que está pensado para facilitar la compra de propiedades. La opción no beneficia demasiado a los que piensan en construir”.
“Si querés edificar, tenés que pasar tus dólares primero a Cedines y luego a pesos, porque tanto la mano de obra como los materiales se pagan en esta moneda. Y eso implica perder plata.¿Quién va a querer hacerlo?“, preguntó.
Para Rozados, a excepción de quienes vuelquen fondos a la compra de usados o unidades a estrenar, “los beneficiados de esta propuesta serán aquellos que promuevan un mercado secundario de compra y venta de estos títulos en sí mismo”.
“Se armará un circuito especulativo en torno a estos títulos. Decir que se podrán concretar construcciones es falso. No veo ni aplicación directa ni tampoco conveniencia para quien quiera apostar por las edificaciones a través de esta opción”, concluyó.
El Cedin y sus precios
En la plaza financiera ya comenzó a analizarse qué precios pueden tener los Cedines en el mercado secundario. Es decir, una vez que el particular que lleve dólares “negros” a un banco para blanquear su capital y se retire de allí con el papel de color verde.
Los especialistas coinciden en que muchos de estos certificados no irán directamente almercado inmobiliario, si no a una plaza secundaria.
Se estima que los Cedines cotizarían con una quita cercana al 15%, con lo cual si alguien quiere comercializar, por ejemplo, un certificado por u$s10.000 recibiría u$s8.500.
Será clave el día en que se cambien los primeros títulos por dólares, es decir cuando se perfeccionen las operaciones inmobiliarias.
También dependerá de la liquidez que tenga ese papel en el mercado secundario, donde, como dijo el viceministro Axel Kicillof, se lo podrá comprar y vender en pesos.
Si estarían en circulación hoy, su cotización se ubicaría a mitad de camino entre el “conta con liqui” y el blue.
Para el economista Miguel Kiguel, el Cedin puede asemejarse a un bono de duración corta en dólares. Es decir, podría equipararse a emisiones que vencen en los próximos meses.
Por ejemplo, el Bonar VII cotizaba en estos últimos días a un tipo de cambio implícito cercano a los $9 (se pagaban casi $900 por un bono en dólares a septiembre de este año).
También para Ramiro Castiñeira, de la consultora Econométrica, el valor del Cedin debería ubicarse en una brecha entre el tipo de cambio implícito del contado con liquidación y el delmercado blue.
Fuente: Indiceprop

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