domingo, 4 de agosto de 2013

INTERNACIONALES: ESPAÑA

Arquitectura para vivir la ciudad
Lucas Gándara y Juan Pons, en su estudio de Vigo. A la iqda., su idea ganadora para la calle Maestro Clavé de A Coruña. // De Arcos
España ⁄  El diseño de la ciudad tiene que permitir a los peatones que se adueñen de todos sus espacios. Y si la orografía lo complica se deben buscar soluciones del sigo XXI. Es la idea que plantean los arquitectos vigueses Lucas Gándara y Juan Pons, recientemente ganadores de un primer premio en el concurso de ideas del Concello de A Coruña para la mejora de la movilidad peatonal en cinco puntos de la ciudad. Las más de cien propuestas presentadas al concurso plantean multitud de iniciativas válidas también para salvar las grandes pendientes de Vigo y comunicar zonas, pero advierten de que nunca existe la solución universal, por lo que valoran "que se haya contado con técnicos a través de un concurso transparente".

La propuesta de estos jóvenes, premiada con 10.000 euros, plantea para la céntrica calle Maestro Clavé la implantación de una escalera mecánica que salva el desnivel del 22% y que, al mismo tiempo, genera multitud de descansos que se convierten en puntos de encuentro y relación, vinculando a su vez dos barrios. Para ello apostaron por una escalera patentada por el ingeniero catalán Jesús Sánchez, ya que permite que el usuario, con solo pulsar un botón y gracias a la adaptación de los peldaños, pueda acceder en silla de ruedas, con carros de la compra, de bebés... "Galicia tiene una población muy envejecidas y la ciudad debe ofrecer calidad del siglo XXI. Pero no solo pensamos en ancianos o gente con silla de ruedas, también en personas con carritos de bebé o de la compra...", comentan.

Según su criterio, Vigo podría mejorar la movilidad peatonal radicalmente si se potencia la comunicación transversal entre calles como Camelias, López Mora, Pi y Margal, Torrecedeira o Berbés, ya que actualmente "solo se transitan linealmente y las calles perpendiculares a ellas funcionan de forma residual". "Primero hay que hacer un estudio del tipo de población al que se pretende beneficiar, y en función de eso y muchas otras variables habría que salvar esas cotas mediante puntos de unión como plazas, calles, escaleras mecánicas, rampas, escalones convencionales e incluso ascensores", comentan. Los elevadores los consideran oportunos "solo donde las diferencias de cota son enormes y existe además mucho tránsito de personas, sino acaban siendo un punto marginal y que genera inseguridad", explica Gándara. La posibilidad de emplear funiculares, como en su día se planteó para unir Berbés y Concello, la descartan: "Eso funciona como elemento de atracción turística, al final se limita a unir dos puntos sin dinamizar nada el barrio ni el comercio de la zona", comenta Juan Pons. Según añaden, los elementos empleados en los grandes centros comerciales, "de eficacia sobradamente demostrada", son igualmente aplicables a la ciudad: escaleras o ascensores e incluso aparcamientos en altura como el de El Corte Inglés.

De la colaboración público-privada puede surgir también la oportunidad para hacer la urbe más accesible. "Mucha gente atraviesa la Plaza Elíptica para salvar el desnivel de esas calles, cuando se construye un gran centro comercial se pueden llegar a acuerdos para que su acceso beneficie al mismo tiempo a toda la ciudad, para eso se deben plantear, por ejemplo, escaleras mecánicas en superficie al servicio también de la ciudad", comentan. Y esta misma filosofía se puede aplicar a las humanizaciones, "para que las comunidades de vecinos adapten al mismo tiempo sus entradas".

Humanizaciones

Ambos arquitectos alaban esta política de humanizaciones y aconsejan crear nuevos espacios en ellas, "puntos de encuentro, que las aceras no sea una línea de árboles y bancos", comentan, al tiempo que sugieren el empleo de los solares vacíos para que el Concello desarrolle en ellos actividades lúdicas o de aprovechamiento ciudadano. En los nuevos puntos para urbanizar el modelo que defienden sería el desarrollado en la Avenida Castelao: grandes avenidas con zonas verdes.

Y por encima de todo: peatonalizar calles, crear parques, huertos urbanos... "El tránsito se hace de ese modo más agradable y la gente deja de usar determinadas calles de forma insignificante", consideran. En esta línea, los dos defienden crear "recorridos accesibles debidamente señalizados". El fin último de todas estas medidas no debe ser "unir dos puntos, sino simplificar el tránsito y la estancia de las personas". El resultado lo ven claro: "Mejora la calidad de vida, dinamiza el comercio, beneficia la seguridad en la calle...".

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